Agustín Guerrero Castillo, ex diputado local del Partido de la Revolución Democrática (PRD) utilizó sus influencias como legislador para ocultar los detalles de un homicidio, donde el era el presunto culpable.
Se dice que esta información nunca salio a la luz, ni fue verificada debido a que las pesquizas de la Procuraduría General de Justicial del Distrito Federal (PGJDF) apuntaban al ex diputado.
Según investigaciones del Big Data Mx el asesinato de quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos, AAcuando ostentaba el cargo de secretario de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, fue el de Guillermo Martínez Argüello.
Según declaraciones de Guerrero Castillo y otros funcionarios del G.D.F. indican que el homicidio fue un hecho aislado y derivado de un intento de asalto o una riña personal.
La noche del 9 del octubre, Martínez Argüello fue increpado por dos sujetos quienes le dispararon en la cabeza cuando se estacionaba frente a su domiciio de la colonia Obrera.
Sin embargo, las indagatorias a las que El Big Data Mx tuvo acceso indican que el asesinato estaba planeado con días de anticipación y dirigido al ahora ex secretario de la Comisión de Gobierno en la ALDF.
Por eso las pesquisas no siguieron su curso normal. No hubo una investigación exhaustiva sobre quiénes fueron los responsables del homicidio, por ende, tampoco se citó a declarar a ningun testigo clave.
De acuerdo con la Averiguación Previa FCH/CUH-8/T3/03954/08-10 en poder de El Big Data Mx, todo indica que este asunto es personal del ex asambleísta Guerrero Castillo, que no quiso que se diera a conocer.
Las declaraciones de los testigos indican que el entonces diputado local sostenía un romance con una de sus colaboradoras, lo que motivó que el esposo, al enterarse, decidiera ponerle fin a todo esto, a€œdándole muertea€ a Guerrero Castillo.
En dicha investigacion se detalla que el a€œSr. Cisnerosa€, marido de la empleada que presuntamente andaba con el legislador, le solicitó a Marco Antonio Estrada Quiroz, le ayudará a resolver a€œel problemaa€ para lo cual le entregó una fotografía del legislador y 10 mil pesos de anticipo para ejecutar dicho encargo.
Mas tarde, Guillermo Martínez llegaba al domicilio de Agustín Guerrero, ubicado en Roa Bárcenas esquina 5 de Febrero, colonia Obrera, supuestamente se le acercaron dos sujetos, uno de ellos le dijo: a€œya valiste madresa€, y dicho esto le disparó, provocándole la muerte (sic)
En sus declaraciones señalan que la victima era el ex diputado y que matarlo les dejaría una ganancia de 25 mil pesos, para lo cual hicieron la encomienda a un tercero.
Ni Agustín Guerrero, ni el Sr. Cisneros, fueron llamados a declarar, en cambio los actores materiales fueron consignados y sentenciads con todo el peso de la ley.
En las declaraciones de los 2 sentenciados, dicen que su buena relación el Gobierno del Distrito Federal, en especial con Marcelo Ebrard evitó que el a€œmarido engañadoa€ se presentara a declarar, por la que a la fecha sólo existe una orden de presentación para el a€œSr. Cisnerosa€, la cual nunca fue cumplida.
Las investigaciónes nunca contemplaron la búsqueda de los presuntos agresores, se dice que fueron unos jóvenes (de entre 17 y 18 años de edad), a quienes un vecino vio correr, luego de que se escucharon varios tiros.
Uno de los testigos, Rubén Rueda Acosta, quien aseguró haber visto el homicidio desde un vehículo que se encontraba cerca del lugar, declaró en diversas ocasiones, pero nunca se le pidio que se presentara a las audiencias para carearse con las tres personas que fueron responsabilizadas del asesinato.
Marco Antonio Estrada Quiroz, Arturo García Vega y Manuel Cabrera Pérez fueron detenidos, procesados y sentenciados y purgan condenas de más de 20 años en el Reclusorio Oriente.
Aunque los dos primeros reconocen haber estado involucrados directamente en la búsqueda de quien le a€œdaría muertea€ al diputado, rechazan tajantemente haber asesinado a Guillermo Martínez Argüello.
Aseguran que la Juez Juzgado Quincuagésimo Segundo Penal, Irma Guadalupe García Mendoza, de manera constante, recibía llamadas telefónicas del entonces Jefe de Gobierno o de la ALDF, solicitando que se presentaran responsables de los hechos.
Tras el asesinato de Guillermo Martínez, Agustín Guerrero dijo que lamentaba los hechos y que no había motivos para que alguien intentara mantar a su asesor.
El asunto de fondo es que en las investigaciones se quedaron inconclusas por ocultar la presunta relación entre Guerrero y su asistente.