Nacional por: Equipo de redacción Clara Brugada y Claudia Sheinbaum conmemoran los 700 años de México-Tenochtitlan en el Zócalo 2025-07-28

En el corazón del Zócalo capitalino, la Jefa de Gobierno Clara Brugada Molina encabezó la ceremonia conmemorativa de los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan. Acompañada por la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, destacó que el legado de la civilización mexica permanece vigente en la memoria, la cultura y la vida cotidiana de la capital. Este acto simbólico reafirma la identidad ancestral del pueblo mexicano como una fuerza viva y transformadora.

Durante su discurso, Brugada evocó la señal fundacional de los mexicas —el águila sobre el nopal— como un acto de revelación que dio origen a una de las civilizaciones más impactantes del mundo antiguo. Señaló que Tenochtitlan no solo fue una urbe avanzada, sino una cultura en armonía con la naturaleza. La funcionaria rindió homenaje a los héroes ancestrales como Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc y Tecuichpo, así como a las deidades femeninas del panteón mexica, reafirmando la herencia viva en el centro histórico de la ciudad.

Por su parte, la presidenta Sheinbaum subrayó que Tenochtitlan no representa un pasado muerto, sino una raíz palpitante que atraviesa el presente. En su mensaje, destacó que la grandeza de los pueblos originarios no solo vive en los vestigios arqueológicos, sino en el idioma náhuatl, en el maíz, en la medicina tradicional y en la lucha diaria de las comunidades indígenas que resisten y preservan sus tradiciones. “México nació antes de la conquista”, recalcó.

El evento incluyó la inauguración de una piedra conmemorativa en el sitio original del Templo Mayor, acto encabezado por ambas mandatarias, junto con los secretarios de Defensa y Marina. Posteriormente, más de 3 mil 500 participantes entre danzantes, músicos y actores protagonizaron la puesta en escena México-Tenochtitlan. Siete Siglos de Legado de Grandeza, que escenificó el recorrido de Aztlán hasta la fundación de la gran ciudad mexica mediante rituales, danza y escenografía monumental.

El montaje rindió homenaje visual y escénico a los símbolos más poderosos del México antiguo, en una narrativa circular que reafirmó el orgullo identitario de la capital. Con esta celebración, la Ciudad de México reescribe su presente con la tinta de su historia, mostrando que la herencia mexica sigue latiendo en cada rincón, en cada nombre y en cada lucha del pueblo que la habita.