Las recientes inundaciones en Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha han puesto en evidencia la necesidad de infraestructuras robustas para enfrentar fenómenos como la DANA, afirma Luis Mediero, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Mediero, especialista en inundaciones urbanas, señala que estas lluvias extremas, si bien son fenómenos "muy improbables", pueden ser devastadoras en zonas de orografía llana.
Mediero explica que, a pesar de la magnitud del desastre, varias infraestructuras han cumplido con su función y evitaron mayores tragedias. Destaca el nuevo trazado del río Turia en Valencia, que permite evitar que el cauce del río discurra por la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Esta obra, junto con presas de laminación en Valencia y Murcia, ha ayudado a controlar los volúmenes de agua, minimizando así los caudales aguas abajo y reduciendo el riesgo de inundaciones severas.
Además de las infraestructuras existentes, el catedrático resalta que el cambio climático debe ser un factor crucial en el diseño de nuevas obras. "Los eventos extremos se están volviendo más frecuentes y debemos prepararnos para ellos", indica, insistiendo en que las futuras construcciones consideren las proyecciones de estos fenómenos en sus cálculos estructurales.
Para Mediero, la ingeniería civil se presenta como una de las pocas soluciones realmente eficaces contra desastres de esta índole. Las obras de encauzamiento y construcción de presas pueden limitar el impacto de lluvias torrenciales, aunque añade que es igualmente importante educar a la población sobre los riesgos asociados a estas catástrofes y mejorar la comunicación de alertas tempranas.
En resumen, el experto de la UPM sostiene que únicamente mediante una estrategia de infraestructura basada en la ingeniería civil, como presas y rediseños de cauces, se pueden mitigar los daños en regiones vulnerables a fenómenos climáticos extremos como la DANA.