Espectáculos / Cultura por: Equipo de redacción La música tradicional como reflejo de las preocupaciones ambientales de los habitantes de la Sierra Madre Oriental 2024-08-14

La música tradicional de las comunidades campesinas del noroeste de México, especialmente los huapangos arribeños, refleja las dificultades provocadas por el cambio climático. En una reciente conferencia titulada "El día que llegaron las aguas: Cambio climático y su impacto en las músicas, cantos y danzas tradicionales en la Sierra Madre Oriental", el investigador independiente José Castañeda abordó cómo la lírica campesina aborda temas como sequías, dificultades agrícolas e inundaciones. El evento se realizó en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología (MNA) y formó parte del XX Foro Internacional de Música Tradicional en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).

Castañeda explicó que el calentamiento global representa uno de los mayores desafíos de la humanidad. Sin embargo, señaló que existe confusión entre las transformaciones naturales del entorno y aquellas provocadas por la acción humana, lo que lleva a algunos a negar la problemática. La degradación ambiental, subrayó, tiene un impacto directo en los recursos naturales y en las comunidades que dependen de ellos. En las regiones campesinas, las personas experimentan de primera mano la variabilidad extrema de los ciclos estacionales, la desaparición de acuíferos y la erosión de suelos, lo que afecta la producción agrícola y provoca el desplazamiento poblacional.

En la Sierra Madre Oriental, los cambios en los ciclos naturales han alterado profundamente la vida de las comunidades campesinas, que recurren a rituales y música como mecanismos para afrontar estas dificultades. La música, y en particular el huapango arribeño, se convierte en una forma de expresar y manejar los cambios. Este género musical, con sus variantes arribeño, norteño y ranchero, y recientemente la incorporación de música norteña y cumbia, sigue siendo un elemento crucial en la vida cotidiana de estas comunidades.

El huapango arribeño es especialmente significativo en la cultura campesina. Sus letras no solo celebran la vida y los ciclos vitales, sino que también abordan temas agropecuarios esenciales. Las canciones describen las estrategias agrícolas, las sequías y reflejan la devoción hacia santos como San Isidro Labrador, a quien se le pide protección en tiempos difíciles para el campo. Las comunidades en San Luis Potosí, como el Pasito de San Francisco y Alquiles, mantienen la tradición de colgar figuras de ganado a este santo como símbolo de petición y agradecimiento.

Desde la época colonial, la economía de la sierra potosina se ha sustentado en la agricultura y la minería, lo que ha hecho de los rituales de lluvia una parte integral de la vida campesina. Castañeda mencionó que, desde el siglo XIX, los campesinos han utilizado el "Calendario del más Antiguo Galván" para obtener información sobre fenómenos astronómicos y ciclos naturales. Los movimientos de resiliencia en las comunidades, concluyó, son vitales para el cuidado ambiental y, si se logran cambios positivos, estos también se reflejarán en los temas de sus canciones.