_ a€œMás que hablar de mi trayectoria, me gustaría más en este momento que habláramos de nuestro dolor por los 43 muchachos Ayotzinapa, o del otro horror de la matanza en Tlatlaya, o de todas estas infamias a las que estamos sometidos todos los días, ante las cuales quizá deberíamos formar ya comités de luchaa€, señaló la escritora.
a€œNo estamos derrotados. No vamos a dejar el país en manos de esta gentuza. Con esa idea debemos salir de aquí: que nuestra indignación se traduzca en accionesa€, expresó el promotor cultural Argel Gómez.
En el último día de la XIV Feria Internacional del Libro en el Zócalo, la escritora Elena Poniatowska conversó con el escritor Fabrizio Mejía Madrid y con el promotor cultural Argel Gómez, integrante de la Brigada para Leer en Libertad.
Al término de la charla, efectuada la tarde de este domingo en el Foro José Revueltasde la FIL Zócalo, los integrantes de esa Brigada, la cual es encabezada por el escritor Paco Ignacio Taibo II y su esposa Paloma Sáiz, hicieron entrega de una lona en la que decenas de lectores escribieron mensajes a Poniatowska.
Durante la conversación, Fabrizio Mejía Madrid señaló que durante su carrera narrativa, Elena Poniatowska a€œse ha dedicado a darle voz a quienes no la tienen, para lo cual ha tenido que remontar desde 1954 las dificultades de un país como México, donde aún no existe la libertad de expresióna€.
Mejía Madrid también apuntó que libros de Poniatowska como Nada, nadie las voces del temblor, sobre el terremoto de 1985 o La noche de Tlatelolco, sobre la matanza del 2 de octubre de 1968 a€œson de una gran importancia cultural para el paísa€ y que a€œun elemento fundamental en su obra, es la recuperación del habla popular, lo cual es parte esencial en su trabajo. Ella, por ejemplo, trajo a la literatura mayor el uso de los diminutivos que en el habla mexicana son tan popularesa€.
En tanto, Argel Gómez, comenzó su intervención con el señalamiento de que a€œtenemos 20 días de no saber nada de los normalistas de Ayotzinapa y todos sentimos una mezcla de enojo y desesperacióna€, para luego decir que a€œElena dio voz a otra tragedia, la del 68, semejante a lo que vivimos hoy con el crimen de Igualaa€.
Ella, añadió, escribió el libro más útil para la memoria del movimiento estudiantil del 68: La noche de Tlatelolco, del cual se han hecho más de 70 ediciones, se trata, dijo, de a€œun libro histórico contra el silencio y el miedoa€.
Por su parte, Poniatowska comentó: a€œmás que hablar de mi trayectoria, me gustaría más en este momento que habláramos de nuestro dolor por los 43 muchachos Ayotzinapa, o del otro horror de la matanza en Tlatlaya, o de todas estas infamias a las que estamos sometidos todos los días, ante las cuales quizá deberíamos formar ya comités de lucha, de organización o de información. Tenemos que ver qué podemos hacer para ya no seguir desenterrando cadáveres. Es necesario que sepamos articular propuestasa€.
Poniatowska también recordó a Carlos Monsiváis, quien a€œdedicó muchos años de su vida a analizar el 68 a hacer un gran ensayo sobre ese año en varios libros. Él tenía esa capacidad extraordinaria de sacar conclusiones, de dar en el clavo, de saber denunciar con gran precisión y una enorme capacidad de estar informadoa€.
La pérdida de Monsiváis, añadió, a€œes enorme para todos y debemos entre todos saber suplirla. Debemos informarnos, no sólo aplastarnos a ver la tele. No debemos ser borregos. En 68 pasó algo muy bonito pues a muchos burócratas los llevaron al zócalo a a€˜desagraviar a la banderaa€™. A uno se le ocurrió empezar a balar como borregos y toda la gente los felicitó porque estaban haciendo un acto de civismoa€.
A¿Cómo vamos nosotros a podernos quitar ese vestido de borrego?, preguntó la escritora al público. a€œEso es lo que podríamos empezar a hacer hoy, esta nochea€. Por lo que solicitó al público realizar propuestas para buscar cambios en el país.
Varios asistentes tomaron entonces el micrófono e hicieron distintas propuestas, entre ellas, fiscalizar más a los partidos políticos, apoyar propuestas concretas de grupos artísticos, mayor unidad entre la gente y hacer un frente común de lucha.
Finalmente, Argel Gómez señaló: a€œdebemos tener claro que los no corruptos, que los que no nos manchamos las manos somos más; que somos más los que reivindicamos la lucha, los que no nos vendemos con los partidos. No estamos derrotados. No vamos a dejar el país en manos de esta gentuza. Con esa idea debemos salir de aquí: que nuestra indignación se traduzca en accionesa€.
