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Viernes 26 de abril de 2024

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Al 90 por ciento restauración de la Casa del Mayorazgo de Guerrero afectada por sismos

Al 90 por ciento restauración de la Casa del Mayorazgo de Guerrero afectada por sismos

Al 90 por ciento restauración de la Casa del Mayorazgo de Guerrero afectada por sismos

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Las labores efectuadas por la Secretaría de Cultura y el INAH han permitido recuperar el área que alberga el mural El Canto y la Música, de Rufino Tamayo.

Además, el inmueble aloja a las subdirecciones de Paleontología, Arqueología Subacuática y Laboratorios y Apoyo Académico, cuyos espacios también se intervienen.


Los trabajos de restauración de la Casa del Mayorazgo de Guerrero, inmueble del siglo XVIII, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, afectado por los sismos de septiembre de 2017, presentan 90 por ciento de avance. Se trata de una edificación, la cual, además de albergar laboratorios especializados del INAH, resguarda el mural El Canto y la Música, de Rufino Tamayo.

Ubicado la calle Moneda N° 16, la edificación es una obra del arquitecto Francisco Guerrero y Torres, donde la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) atienden las afectaciones producidas por los movimientos sísmicos.

La construcción, la cual fue sede del Conservatorio Nacional de Música, en los años 40, actualmente aloja tres subdirecciones de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH: Paleontología, Arqueología Subacuática y Laboratorios y Apoyo Académico, esta última integrada por laboratorios de Arqueobotánica, Arqueozoología, Fechamiento, Geofísica, Geología, Geomorfología, Microscopía Electrónica de Barrido, Química y Suelos, y Difracción de Rayos X y Raman.

Asimismo, la casa cobija al mural El Canto y la Música, realizado en 1933 por el pintor oaxaqueño Rufino Tamayo (1899-1991), lo que obligó a los especialistas del INAH a realizar acciones preventivas para evitar afectaciones. Para resguardar ésta y otras áreas, se colocaron protecciones en los arcos norte y poniente del patio principal; las colecciones fueron reubicadas y forradas, hasta con tres capas de plástico, para evitar el contacto con el polvo resultante de las labores.

Tras señalar que los trabajos de restauración en el inmueble histórico han sido un reto por tratarse de un lugar de uso continuo, el arquitecto Antonio Mondragón Lugo, director de Apoyo Técnico de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH), indicó que el conjunto arquitectónico respondió bien ante los movimientos telúricos, de manera que las afectaciones no comprometieron la estabilidad y seguridad de la estructura.

Detalló que se trata de algunas grietas y fisuras (en sentido vertical) que se generaron en los muros, siendo los transversales de la crujía sur los más afectados.

El patio principal del inmueble se compone de cuatro arcos, con un claro de 9.45 metros cada uno, de los cuales el ubicado al sur presentó una fisura en una de las dovelas, en la cual se analiza su intervención; también hubo desprendimiento y pérdida de adherencia de los recubrimientos de muros, así como deformación del piso de duela en el área de acervo de publicaciones.

El especialista de la CNMH expuso que en la Casa del Mayorazgo de Guerrero conviven materiales pétreos en las mamposterías, en los marcos de vanos, en las columnas y en los arcos del patio; maderas en las viguerías y en los pisos, así como elementos de concreto armado, incorporados en los últimos años (trabes, losas, entrepiso y cubiertas). En diferentes áreas del conjunto, se han identificado muros construidos con tabique y tabicón, los cuales presentaron fisuras que ya fueron atendidas.

La arquitecta Mariana López Mendoza, adscrita a la Subdirección Supervisión de Proyectos y Obras Externas de la CNMH, precisó que algunas de las fisuras y grietas provocadas por el último sismo, anteriormente habían sido intervenidas mediante la inyección de mortero cemento-cal para consolidar los muros dañados, sin embargo, el sismo del 2017 evidenció que no hubo una consolidación correcta, por lo que tales aberturas incrementaron su espesor y longitud.

Detalló que para resarcir estos daños se ha determinado remampostear, colocando piedra de tezontle de mayores dimensiones con mortero cal-arena, cuidando el entramado de las piezas nuevas con la fábrica original; y se aplicará un aplanado de cal-arena y pintura a la cal como recubrimiento final, en algunas de las áreas.

Añadió que otra de las zonas con afectaciones es la parte oriente del edificio, tanto en la planta baja como en el primer nivel, donde se ubican el Laboratorio de Arqueozoología y la Subdirección de Laboratorios, respectivamente; los muros paralelos a la fachada presentan grietas diagonales, las cuales abarcan casi la altura total de los muros, por lo que fue necesario liberar los plafones para conocer las dimensiones reales de las grietas y verificar las posibles afectaciones al entrepiso y la cubierta.

Cabe mencionar que los trabajos contemplados inicialmente se han incrementado, sólo se atendería el cuarto que ocupa el área de Arqueozoología, pero por las dimensiones de la grieta, la altura, el espesor y las características de la mampostería, fue necesario trabajar en el espacio contiguo, donde se ubica la Colección Osteológica y Conquiliología de Referencia, la cual se integra por miles de piezas resguardadas en cientos de cajas, por lo que se tuvieron que embalar, reubicar y forrar antes de proseguir con la restauración.

Tras la consolidación de la grieta se determinó liberar todo el aplanado de yeso que tenían los muros, el cual provocaba la concentración de humedad en los niveles inferiores. Para dejar esta área en un estado óptimo, se aplicará un aplanado con cal a fin de proteger sus materiales constructivos.

Los trabajos de recuperación en el inmueble llevan 90 por ciento de avance. Se han concluido: el área administrativa de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, así como la de seguridad; la Sala de Consejos, el espacio que alberga la subestación eléctrica y la bodega de la Subdirección de Arqueología Subacuática, el área de la Colección Osteológica y Conquiliología de Referencia, el cuarto de análisis y el área de Publicaciones Periódicas de la Biblioteca; continúan en la oficina del Consejo de Paleontología.

Además, con el objetivo de comprender las causas de los daños generados por el sismo del 19 de septiembre de 2017, se realizó un levantamiento topográfico, el cual permite identificar los diferentes asentamientos del inmueble; la ubicación de puntos de referencia topográficos para hacer futuros monitoreos; y un levantamiento con escáner laser 3D, a fin de conocer a detalle los desplomes y otras alteraciones. Asimismo, se contempla el análisis con el radar terrestre o georradar, para profundizar sobre las características de la cimentación del edificio.

Las labores de recuperación se han realizado en coordinación con los investigadores que laboran en las áreas intervenidas y con el apoyo del doctor Anhuar Terán, subdirector de los Laboratorios y Apoyo Académicos, quien, desde la elaboración de la propuesta, ha colaborado con la CNMH y el equipo responsable de los trabajos.

Ambos proyectos de restauración —a los cuales, en los próximos meses, se sumará el del ex convento franciscano de San Juan Bautista, en Tetela del Volcán, Morelos— derivan de cuatro estancias de trabajo realizadas en dichos inmuebles por alumnos y profesores de la Universidad de Roma Tre, coordinados por María Margarita Segarra Lagunes, profesora de Restauración Arquitectónica en dicha casa de estudios.

La doctora en historia y conservación arquitectónica señaló que, en primer término, los documentos parten de una exhaustiva investigación histórica, dado que la restauración de cualquier edificio requiere no sólo de un análisis técnico minucioso, sino de una comprensión detallada de su devenir.

En un reciente recorrido por el ex convento de Zacualpan de Amilpas, el cual forma parte del conjunto de 14 monasterios del siglo XVI, inscritos en 1994 en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, ejemplificó que el templo, cuyos antecedentes se remontan a 1535 y a las primeras construcciones de evangelización levantadas por los agustinos en las faldas del volcán Popocatépetl, atravesó por diversas fases constructivas que cambiaron su fisionomía, de manera que han alterado su comportamiento ante los movimientos sísmicos.

Algunas de esas etapas, dijo, pueden notarse claramente en el estilo barroco que caracteriza a la Capilla del Rosario, anexa al templo de tipo medieval de Zacualpan de Amilpas, o en las huellas que, en la parte alta del claustro, dejaron las tropas federales que ocuparon dicho espacio durante la Revolución Mexicana.

La tradición y la innovación

Margarita Segarra explicó que los proyectos entregados al INAH conjugan la recuperación de la tradición constructiva, los materiales locales, una amplia experiencia técnica y soluciones innovadoras que han sido aplicadas en inmuebles históricos de Italia, “un país, que al igual que México, es sísmico por excelencia”.

En tanto, Giovanni Cangi, ingeniero estructurista y colaborador con la Universidad de Roma Tre en la “Misión de colaboración para la restauración y el rescate del patrimonio histórico-arquitectónico mexicano dañado por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017”, detalló que en los últimos 50 años su nación ha registrado sismos como el de Friuli, en 1976, o bien los de 2016 en Perugia, Ascoli y otras provincias de la Italia central, las cuales han adelantado notablemente su legislación en materia constructiva y de atención a inmuebles históricos.

“Hoy se habla de mejoramiento de los edificios en vez de adecuación. En este sentido, la Universidad de Roma Tre se ha hecho portadora de muchas de las nuevas ideas de restauración antisísmica desarrolladas en Italia”, agregó.

Sobre algunas de tales soluciones, los académicos mencionaron la propuesta para el caso de Zacualpan, encaminada a aumentar la sección de los contrafuertes del ex convento; una acción que, además de ser reversible, mejorará el comportamiento de tales elementos ante sismos futuros.

Otro de los planteamientos para el antiguo convento de la Inmaculada Concepción, es dar un uso público cotidiano al inmueble, preferiblemente cultural, junto con el empleo religioso que tiene una parte de sus espacios, citó Segarra al subrayar que un edificio, “para responder a un evento sísmico, debe estar en sus mejores condiciones”.

Además de la introducción de tirantes metálicos que ayuden a ambos templos a sujetar sus componentes, de modo que éstos, al ocurrir un movimiento telúrico, se muevan en conjunto y no diferencialmente, los especialistas contemplan también corregir algunos errores arquitectónicos, los cuales —consideraron— pueden ser de origen.

Proyecto para el ex convento de Tetela del Volcán

A su vez, la arquitecta-perito Juana Gómez Badillo, de la CNMH del INAH, quien es uno de los enlaces institucionales entre los académicos italianos, el personal del Centro INAH Morelos y la empresa encargada de los trabajos de restauración, señaló que los religiosos que en los siglos XVI o XVII construyeron los inmuebles —ahora históricos—, muchas veces, tomaron decisiones arquitectónicas por demás audaces.

Un caso relacionado es el Templo de la Gualupita, en Amecameca, Estado de México, cuya torre-campanario —ubicada en el lado sur de la fachada— tiene una puerta construida en una arista. “Sabiendo que las esquinas son los lugares menos idóneos para construir puertas, la propuesta del equipo italiano es que este elemento se traslade a un muro durante la fase de restauración”.

Los investigadores de la Universidad Roma Tre y de la CNMH coincidieron que el conocimiento generado, así como la retroalimentación entre las partes involucradas en la restauración de los templos de Zacualpan y Amecameca, serán de gran ayuda para la pronta ejecución del proyecto arquitectónico del ex convento de San Juan Bautista, en Tetela del Volcán, también inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el cual presenta daños de menor escala que dicho par atendido por el proyecto binacional.

Juana Gómez Badillo concluyó que los proyectos entregados al INAH podrán estar sujetos a adecuaciones. “En restauración siempre hay contrapropuestas, las cuales se plantean de acuerdo con lo que se va encontrando en el trabajo de campo, si no es así, el camino no es el correcto. Lo importante, por ello, es mantener un diálogo productivo como el que hemos tenido”, finalizó.


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