Capilla del Divino Salvador en Xochimilco restaurada en 50 por ciento - NTCD Noticias
Viernes 26 de abril de 2024

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Capilla del Divino Salvador en Xochimilco restaurada en 50 por ciento

Capilla del Divino Salvador en Xochimilco restaurada en 50 por ciento

Capilla del Divino Salvador en Xochimilco restaurada en 50 por ciento

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Ubicado en el barrio de Santa Cruz Acalpixca, registró daños catalogados como severos a causa del sismos del 19 de septiembre de 2017.

Presentó grietas que recorrieron los nueve metros de altura que median entre el piso y la cúpula.


Habían pasado solo algunas horas desde la misa matinal que se había ofrecido en la Capilla del Divino Salvador, del barrio de Santa Cruz Acalpixca, en Xochimilco, cuando ocurrió el sismo del 19 de septiembre del 2017, fenómeno que causó daños severos en el inmueble que, de manera fortuita, estaba desocupado en ese momento.

Al día de hoy, mediante la confluencia entre autoridades, encabezadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), arquitectos y restauradores, párrocos y la propia comunidad del barrio de Santa Cruz Acalpixca, el pequeño templo del siglo XIX registra el avance de más de 50 por ciento en su restauración.

La capilla es el primer edificio histórico de carácter no civil de la Ciudad de México, donde se realizan labores de restauro, luego de espacios administrados por el INAH, como la Casa del Mayorazgo de Guerrero, el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH) y el edificio de Seminario 8 —que alberga oficinas del Museo del Templo Mayor—.

La arquitecta Mariana López Mendoza, adscrita a la Subdirección de Obras y Supervisión de Proyectos Especiales de la CNMH, refiere que la Capilla del Divino Salvador fue una de las que más resintieron el movimiento sísmico. Allí se generaron grietas que recorrieron los nueve metros de altura que median entre el piso y la cúpula, y que al mismo tiempo atravesaron los 90 centímetros de grosor que hay en los muros de su nave.

“La capilla soportó bien el sismo, al grado de que no presentó colapsos; sin embargo, toda esa energía se descargó en la formación de las grietas”, explica.

El arquitecto Carlos Salomón Madrigal, contratista designado por el INAH y la CNMH para el restauro, indicó que otros daños fueron las fracturas diagonales en la techumbre de la sacristía del templo, a la cual le fue añadida concreto en el siglo pasado.

Asimismo, en el piso de la nave se creó un abultamiento cuyo origen, para los especialistas, deriva del evento sísmico como de la naturaleza arcillosa y aluvial del subsuelo donde se asientan muchas comunidades de la alcaldía Xochimilco.

La atención a estos daños requirió, en primer lugar, de constantes visitas de inspección por parte de personal del INAH, de las cuales se derivó la información necesaria para conformar los expedientes inscritos ulteriormente para la obtención de los recursos.

Así, una vez reunidos los datos sobre el comportamiento que tuvo el inmueble durante el sismo, se procedió, por ejemplo, a la inyección y consolidación de las grietas con elementos pétreos de una resistencia similar a la fábrica de origen del templo.

En la sacristía, la estructura de concreto fue retirada y sustituida por un sistema de vigas de madera. En tanto, la propuesta para subsanar el abultamiento en el piso de la nave, es bajar hasta al menos 50 centímetros en esa área, y colocar material compactado e inerte que prevenga la humedad y sea más compatible con el subsuelo y con el acabado de mosaico de pasta que le rematará en la parte superior.

Una vez concluida la parte arquitectónica, se atenderán los elementos muebles e inmuebles por destino de la capilla, entre los cuales destacan un retablo de madera del siglo XIX, la mesa del altar y el sagrario; ninguno tuvo daños por el sismo, no obstante, todos permanecen con guardas especiales mientras se realiza la restauración de su inmueble.

Para la restauradora Mariana Méndez Valdés, encargada del área de Proyectos de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del instituto, los sismos de 2017 se convirtieron, de algún modo, en una oportunidad inédita para obtener información detallada de la arquitectura, o bien, para emprender inventarios de bienes muebles e inmuebles por destino de los templos, de los cuales, por diversas razones, no se tenían datos técnicos.

Restauración en diálogo con la comunidad

Dado que los monumentos históricos son un patrimonio vivo que, el cual es transformado cotidiana y paulatinamente por sus usuarios, una prioridad del proyecto de restauración en la capilla del Divino Salvador es dialogar con la comunidad, para legarles, en lo sucesivo, métodos y procedimientos adecuados para atender su edificio.

De cara a la conclusión de la restauración de la parte arquitectónica, detalla el arquitecto Madrigal, se ha planteado, en anuencia con los pobladores del barrio de Santa Cruz Acalpixca, la posibilidad de retirar el adocreto que ahora recubre el piso del atrio y sustituirlo con recinto natural. En ese mismo espacio también existe una fuente, un sanitario anexo y una estructura metálica, los cuales se removerían en aras de recuperar la visual histórica del templo.

Sobre ello, el presbítero Eustaquio Eusebio Ambrosio Florean, párroco de la capilla, destaca la lección dejada por los sismos de 2017, de preservar los inmuebles históricos y dejar siempre la atención de los mismos en manos, o bien, bajo la supervisión de especialistas, con miras a evitar la adición involuntaria de materiales ajenos que, más que ayudar, pueden resultar perjudiciales para las estructuras arquitectónicas.

“Siempre será positivo conservar estos edificios tan importantes para nuestra historia y que, para nosotros como religiosos y para las comunidades, vienen a ser una manifestación de nuestra fe hacia Dios”, declara.

Finalmente, vecinos de Santa Cruz Acalpixca, como Fabiola López García y Ángel Ramírez Hernández, igualmente resaltan el diálogo positivo que ha existido entre la comunidad, los restauradores y los diversos brigadistas y supervisores del INAH.


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