LIENZOS RELIGIOSOS DEL SIGLO XVIII REGRESAN A TETELCINGO, MORELOS - NTCD Noticias
Viernes 29 de marzo de 2024

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LIENZOS RELIGIOSOS DEL SIGLO XVIII REGRESAN A TETELCINGO, MORELOS

LIENZOS RELIGIOSOS DEL SIGLO XVIII REGRESAN A TETELCINGO, MORELOS

LIENZOS RELIGIOSOS DEL SIGLO XVIII REGRESAN A TETELCINGO, MORELOS

_ Luego de que un incendio afectara la imagen de la Virgen de la Luz y al Cristo de la Resurrección, que datan del siglo XVIII, ambas piezas fueron restauradas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y devueltas a la comunidad de Tetelcingo, Morelos.

Los vecinos de la comunidad y el párroco del templo de San Nicolás de Bari recibieron sus imágenes durante una ceremonia en la que se sacralizó nuevamente el lienzo pintado al óleo (2.49 m de alto por 1.67 m de ancho) y la escultura de madera de pino (1.37 m de alto y 60 cm de ancho).

La Virgen de la Luz es una devoción que llegó a la Nueva España de la mano de los misioneros jesuitas en el siglo XVIII, y todavía es motivo de gran veneración por el pueblo originario de Tetelcingo, Morelos, quienes la vinculan con los rituales de exequias, al igual que el Cristo de la Resurrección

El siniestro, ocurrido el 13 de abril de 2014, fue ocasionado por una veladora que al caer incendió la vestimenta del Cristo y sus piernas, posteriormente, el fuego pasó a la imagen de la Virgen de la Luz, la cual perdió 20 por ciento de su lienzo pictórico y un segmento del marco.

Elda Anrubio, responsable del proyecto de conservación, señaló que para la intervención primero se realizó un trabajo de sensibilización con la comunidad, la cual se rehusaba a que sus objetos litúrgicos salieran de la iglesia por temor a que se los cambiaran o no los devolvieran.

a€œLos invitamos al taller del Centro INAH Morelos para que observaran la restauración y conocieran la labor del instituto en favor de los bienes culturales. Así ganamos su confianza, aunque no fue sencillo porque la mayoría de los pobladores sólo habla náhuatl, pero al final quedaron muy agradecidos por la recuperación de sus imágenesa€.

La Virgen de la Luz, a decir de la restauradora, tiene un gran valor histórico porque tras la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, el clero secular intentó borrar algunos rastros de las devociones jesuitas que no consideraba aptos para los feligreses, como el Leviatán bíblico, sin embargo, el cuadro de Tetelcingo conserva a la bestia devorando los corazones de los difuntos y además se le agregó a la Santísima Trinidad en la parte superior de la pintura.

En la iconografía se aprecia en el centro a la Virgen de la Luz sosteniendo al Niño Jesús, quien tiene en la mano derecha un corazón y con la izquierda toma otro de una canasta que le presenta un ángel arrodillado. La Virgen detiene con su diestra un alma próxima a caer en las fauces del Leviatán, símbolo del pecado. En la parte inferior de la composición se representa el purgatorio lleno de almas en pena, entre las que se distinguen jerarcas prehispánicos y un Papa siendo auxiliados por santo Domingo de Guzmán y santa Inés de Montepulciano.

El incendio causó la pérdida de un fragmento de 0.30 cm cuadrados en la parte baja del lienzo, por lo que se reenteló con el método holandés, también llamado a la cera resina. Se limpió la capa pictórica, se eliminaron los barnices oxidados y se hizo una reintegración cromática en las orillas del cuadro que presentaban algunos faltantes menores.

El fragmento perdido se conservó como evidencia del siniestro, por considerarlo como parte de su historicidad, en el espacio afectado se decidió dejar únicamente el soporte nuevo, cuyo color se une discretamente a la pintura y no distorsiona la composición, permitiendo la apreciación de la Virgen como figura central y el discurso iconográfico que la rodea.

En el caso del marco, de acuerdo con los mismos criterios, los especialistas del INAH decidieron no restituir la parte calcinada, aunque sí reintegraron otro tipo de faltantes, como molduras y unas conchas talladas que decoraban las esquinas del cuadro de las que se tenía evidencia de su forma y tamaño.

La experta, adscrita a la Sección de Conservación y Restauración del Centro INAH Morelos, precisó que en lo que respecta al Cristo de la Resurrección se hicieron varias intervenciones previas al incendio, porque presentaba desajuste en su estabilidad, fracturas en los pies a€”que en algún momento fueron unidos con resina epóxicaa€” y tres capas de repintes.

El proceso de recuperación consistió en una limpieza superficial y química para quitar los restos de la combustión, posteriormente se eliminaron los repintes hasta llegar a la capa pictórica original; se realizó un proceso de fumigación debido al ataque de insectos xilófagos, se consolidó la madera, se restituyeron las dos piernas y los dedos de la mano derecha.

Los recursos económicos para la intervención de las piezas se obtuvieron del seguro contratado por el INAH para cubrir la restauración de bienes culturales afectados por siniestros naturales o antropogénicos.

Ambas imágenes están nuevamente en el bautisterio de la Parroquia de San Nicolás de Bari, en el pueblo de Tetelcingo, municipio de Cuautla, Morelos, donde los lugareños piden al Cristo y a la Virgen intercedan por sus familiares difuntos para que a€œsean recibidos en el cieloa€.


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