_ En un anuncio trascendental, Claudia Sheinbaum, próxima presidenta de México, reveló los primeros seis integrantes de su gabinete, marcando un inicio con claras diferencias respecto al gobierno saliente. Este movimiento estratégico ha generado debate y expectativa, especialmente por la combinación de perfiles técnicos y figuras con historial controvertido.
Entre los nombramientos más destacados se encuentran Juan Ramón de la Fuente como futuro canciller y Rosaura Ruiz como responsable de Ciencia, ambos reconocidos por su trayectoria y competencia en sus respectivos campos. Estas designaciones reflejan un enfoque claro hacia la experiencia y la capacidad técnica, subrayando una ruptura con el estilo previo de gobierno.
Sin embargo, figuras como Marcelo Ebrard, próximo secretario de Economía, y Ernestina Godoy, designada Consejera Jurídica, han sido objeto de críticas y controversias en el pasado. Estas elecciones no están exentas de polémica, dado el historial y la percepción pública de los candidatos, lo que plantea interrogantes sobre la dirección que tomará el gobierno de Sheinbaum.
El anuncio ha sido interpretado como un intento de equilibrar la continuidad con un cambio significativo, destacando la necesidad de rejuvenecer y fortalecer áreas clave como economía, ciencia y derecho. Este primer vistazo al gabinete de Sheinbaum deja entrever una estrategia para marcar diferencias con el "obradorismo" tradicional, buscando una gestión más técnica y menos ideológica.
Con estos nombramientos, Claudia Sheinbaum no solo establece un precedente en su futura administración, sino que también enfrenta el desafío de gestionar un equipo diverso y capaz, mientras responde a las expectativas de un país ansioso por cambios y mejoras palpables.