_ El colorido y la belleza de las tradiciones tlaxcaltecas están representadas por el Ballet Folklórico Cacaxtla, que, en una travesía de 11 años de existencia, ha logrado presentar sus versátiles y vistosas coreografías a públicos nacionales e internacionales.
Inició en 2009 como un grupo recreativo de cuatro parejas de amigos quienes se reunían en una casa para ensayos; cinco años después comenzó el repunte con la difusión y el fortalecimiento de la identidad cultural del estado de Tlaxcala a través de la danza. Actualmente, cuenta con 170 bailarines.
“Estamos hablando que son muchos años, pero considero que a partir de 2014 fue cuando se dio el empuje más fuerte y contundente, porque fue cuando empezamos a formar una especie de escuela en instalaciones amplias y propias”, refiere Fortino Pérez Montiel, director y fundador del Ballet Folklórico Cacaxtla.
Durante esta trayectoria han tenido grandes proyectos al lado de instituciones culturales, por ejemplo, a través de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, por medio de los Apoyos de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), lo cual les permitió crecer y darse a conocer cada día más.
Hoy en día cuentan con un espacio propio hecho de duela, espejos, sonido y lo necesario para ensayar profesionalmente; además organizan proyectos y se fijan metas para recaudar fondos y así poder adquirir sus trajes, no obstante, conservan el vestuario que en un principio ellos costeaban, como un mecanismo para recordar.
“Actualmente contamos con el vestuario de cada región del país y eso habla de la cantidad de repertorio que hemos crecido, que traducido a horas, estamos hablando de ocho horas más o menos”, señala el coreógrafo.
Los 170 integrantes del ballet se dividen por edades y niveles con la finalidad de academizar la enseñanza. Los grupos se clasifican en infantil A y B, grupo de iniciación al folclor 1 y 2, grupo juvenil y el profesional, el cual selecciona a los más avanzados de cada conjunto.
Todos ellos están inscritos a un taller y después ensayan con el grupo representativo previo a las presentaciones agendadas en festivales y ferias.
Explica el entrevistado que su siguiente meta es conseguir que por estas capacitaciones puedan ofrecer un documento oficial, “esa es la siguiente meta y lograr que en Tlaxcala exista una profesionalización dentro de la danza”.
“Hemos tenido alumnos que sí han seguido el camino profesional, pero han tenido que irlo a buscar a otros estados como Hidalgo, Monterrey, Ciudad de México, porque en Tlaxcala no existe como tal. Por eso esperamos que en un futuro podamos ofrecerles algo así”.
Inicialmente, recuerda el entrevistado, los fundadores de ballet tomaban cursos y los reproducían en el grupo; conforme la agrupación creció, la enseñanza se dio con la ayuda de los amigos del folclor con quienes se hicieron intercambios, y con otros maestros se reúne el material suficiente para el proceso de montaje, el cual después es evaluado a través de la investigación.
“Nosotros manejamos la palabra ballet folclórico como una adaptación escénica. No es 100 por ciento tradicional porque hacemos la adaptación bajo ciertas características, pero sin deformarlo”, comenta el artista.
En estos días, trabajan para realizar un montaje de La Guelaguetza, que se presentará en mayo próximo y desde principios de enero tienen funciones del programa Tradiciones de mi pueblo.