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Jueves 25 de abril de 2024

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Evocan la obra fotográfica de John O’Leary, un “moderno integrante” del Batallón de San Patricio

Evocan la obra fotográfica de John O’Leary, un “moderno integrante” del Batallón de San Patricio

Evocan la obra fotográfica de John O’Leary, un “moderno integrante” del Batallón de San Patricio

_ Destacó el trabajo que realizó en los años 70 y 80, retratando la vida arriba y abajo del cuadrilátero de los luchadores mexicanos de provincia

Aunque por nacimiento es texano, John O’Leary (1949), quizá por el consejo de aquellos mariachis de Texas que se autonombran mexicanos o tal vez por sus más de 50 años de experiencia como fotógrafo en nuestro país, se asume como un “moderno integrante” del Batallón de San Patricio, recordando aquel grupo de militares principalmente irlandeses que, en 1847, desertaron del ejército estadounidense para luchar por la causa mexicana.

En el marco del ciclo de conferencias “Jueves fotográficos”, organizado por la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), transmitido por el canal INAH TV, en el marco de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el fotógrafo compartió una retrospectiva de su obra.

En charla con el titular del Sistema Nacional de Fototecas, Juan Carlos Valdez Marín, O’Leary comentó las diversas vivencias que lo llevaron a radicar en Cholula, Puebla, en los años 70, atraído por una comunidad todavía marcada por el ritmo del campo, cuya vida cotidiana, fiestas patronales, ceremonias y tradiciones captaron inmediatamente su atención como fotógrafo y antropólogo de profesión.

“México era otro país”, comentó al hablar de una de sus series más icónicas: “Sueños de opio”, en cuyas imágenes en blanco y negro plasmó el día a día de las y los peleadores de lucha libre entre 1970 y 1980: el Gorila Osorio, Black Shadow, Vagabundo, Charito Silva y Ringo Acosta, entre otros.

“Encuentro interesantes estas fotos. En una de ellas, por ejemplo, plasmo al Apolo Acosta bañado en sangre. Nunca había visto tanta sangre en mi vida y dije: ‘pobre de él, se va a infartar’, pero 15 minutos después de bajar del ring, vi que el Apolo ya estaba comiendo tacos en la calle, con una venda en la frente, como si nada hubiera pasado”.

De acuerdo con el fotógrafo, vivir en Cholula y transitar cotidianamente por Puebla, Atlixco, Tlaxcala y otras localidades del valle poblano-tlaxcalteca, le ha permitido ser testigo y crear a su vez testimonios visuales de ritmos de vida que ahora son distintos o incluso ya no existen, dado que esa misma área registra desde hace algunas décadas una ola de urbanización que a veces incide negativamente en la identidad y la memoria histórica de sus habitantes.

Así, interesado en el registro de lo cotidiano y lo que muchas veces es efímero, John O’Leary ha producido obras como la serie “Exvoto–Exanimo” (2011), en la cual registró en película análoga diversos grabados hechos a mano por los visitantes del Santuario de los Remedios de Cholula, los cuales iban a ser removidos por los mayordomos del templo.

“Las personas que visitan el santuario, a menudo crean pequeños grafitis en los tabiques de los barandales que conducen a la iglesia, son comúnmente muestras de amor. De allí el nombre de la serie que reúne dos palabras en latín: exvoto, que significa ofrenda o agradecimiento, y exanimo, que se traduce como ‘directo del corazón’, es decir, se trata de agradecimientos salidos del corazón”.

Al hablar acerca de su trabajo actual, comentó que se ha centrado en la producción y atención de su propia obra, aspecto que ha implicado su transición al ámbito digital, “proceso que no fue fácil ya que entre 1998 y 2008 estuve prácticamente fuera del mercado porque mis tiempos de entrega y producción de manera análoga, eran mucho más largos que los de los fotógrafos digitales”, expuso.

De acuerdo con John O’Leary, es la propia vida diaria de Cholula y de sus barrios tradicionales como Santiago Mixquitla o San Juan Calvario, la que le permite continuar activo en sus años de retiro, siendo el fotógrafo casi oficial de las procesiones, las ferias y fiestas patronales o del Día de Todos los Santos, conviviendo a menudo con los mayordomos y manteniendo todavía una estrecha amistad con los Acosta y otros luchadores de antaño.

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