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El embarazo es uno de los periodos de mayor vulnerabilidad para las mujeres; en esa condición, sus expectativas son tener un bebé sano y la mejor atención. En el acompañamiento y orientación del proceso es importante el trabajo de los obstetras.
María de los Ángeles Torres Lagunas, jefa de la División de Estudios de Posgrado de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, explica que estos especialistas atienden a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio (periodo posterior al parto), preparándolas para la maternidad, el cuidado del recién nacido y la salud reproductiva. “Todo ello con el objetivo de recudir riesgos para la madre y su hijo”.
Atención en casa
En ocasión del Día Mundial de la Obstetricia, que se conmemora este 31 de agosto, resalta que durante la pandemia de COVID-19 hay incertidumbre y factores de estrés, que hacen más importante el papel de estos profesionales.
Además, la emergencia sanitaria ha llevado a considerar la necesidad del cuidado prenatal a domicilio: el obstetra podría ofrecer inicialmente orientación básica a través de videollamadas y luego desplazarse a la casa de la paciente cuando se requiera explorar el crecimiento del vientre, pesarla y hacer revisiones básicas.
A través de WhatsApp o vía telefónica ofrecen consulta para dar seguimiento al embarazo. “Para las que tienen más de 37 semanas, el manejo es diferente porque deben acudir semanalmente a revisión, y a todas se les realiza la prueba para saber si tienen COVID-19”.
En el 80 por ciento de los casos el bebé y la madre tienen buena salud, así que el parto podría planearse en el hogar. “En caso de una comorbilidad, sí deben ser atendidas en un hospital”, recomienda.
Nidia Rivas Flores, enfermera obstétrica egresada de la UNAM, y adscrita al Instituto Nacional de Perinatología, precisa que desde hace tiempo en México se han hecho esfuerzos para capacitar mejor a las parteras, algo importante en la situación actual, pues más personas han buscado los servicios de partería local.
No obstante, aclara, para tener un embarazo sano se necesita empoderar a la mujer a través del conocimiento y generar conductas de autocuidado. “Si está preparada puede ser candidata a un parto en casa. Creo que vamos a transitar hacia allá, pero nos falta mucho como población, como servicios de salud y a nivel personal”.
Embarazo durante la COVID-19
Torres Lagunas comenta que “cuando hay un embarazo se espera que todo marche bien, pero de repente aparece la emergencia sanitaria, y en este contexto se presentan situaciones estresantes, por la posibilidad de acudir a una institución de salud y el riesgo de contraer la infección”.
La COVID-19 ha hecho evidente la necesidad de consolidar la cultura de la vigilancia prenatal, el acompañamiento y la orientación para reducir factores de riesgo y detectar a tiempo los casos que requieran de hospitalización, dice la especialista en el cuidado materno-infantil.
Tras señalar que ahora hay menor cantidad de consultas obstétricas, y quienes asisten no pueden ir acompañadas, Rivas Flores comenta que los obstetras también se han visto en la necesidad de romper la barrera del miedo al contagio, pues una de sus labores es empoderar a las embarazadas, darles orientación y tratar de resolver sus dudas.
La Organización Panamericana de la Salud alerta que las embarazadas están en mayor riesgo de desarrollar una forma grave de COVID-19, por lo que recomienda dar oportuna atención prenatal y poner mayor énfasis ante síntomas de la enfermedad, además de mantener comunicación constante con los especialistas de manera virtual, presencial o domiciliaria.