La obra de Ramón Xirau, parte intrínseca de la cultura mexicana - NTCD Noticias
Jueves 25 de abril de 2024

Inicio

-

Espectáculos / Cultura

-

La obra de Ramón Xirau, parte intrínseca de la cultura mexicana

La obra de Ramón Xirau, parte intrínseca de la cultura mexicana

La obra de Ramón Xirau, parte intrínseca de la cultura mexicana

_ Este 20 de enero se cumplirán 96 años del nacimiento del filósofo y poeta mexicano de origen español Ramón Xirau, quien es considerado por sus colegas mexicanos uno de los hijos más destacados y queridos del exilio español en México, cuya obra ya es una parte intrínseca de nuestra cultura.

Ramón Xirau Subías nació en Barcelona, España, el 20 de enero de 1924, radicó en nuestro país desde 1939 y se naturalizó mexicano en 1995; falleció el 26 de julio de 2017 en la Ciudad de México. Cursó la licenciatura, maestría y doctorado en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y posteriormente realizó estudios de especialización en La Sorbona de París, Francia, así como en Cambridge, Inglaterra.

En la obra del escritor, traductor, ensayista y editor se pueden identificar dos vertientes: la poesía y la filosofía. Curiosamente, el propio Xirau presumía dos virtudes: escribir su poesía en catalán y su obra ensayística en español.

Estudioso de la literatura mexicana, dedicó abundantes textos a la poesía hispanoamericana, en especial a la obra de Octavio Paz y de Xavier Villaurrutia, tan indispensables no sólo para entender a estos poetas, sino a toda una corriente del pensamiento nacional. Como filósofo, fue igualmente un crítico y un divulgador que contribuyó al esclarecimiento de las escuelas contemporáneas. Como poeta, su obra es singular al tiempo que apasionante.

Gran parte de su tiempo, Xirau lo dedicó a compartir sus ideas y a formar nuevos intelectuales, mediante sus clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1949 e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas desde 1973, entre otras instituciones de educación superior. Además, dictó numerosas conferencias en varias universidades de México y cursos en las universidades de Oxford, Columbia, Bolonia y Barcelona, entre otras.

Sus publicaciones comprenden más de 40 títulos originales y traducciones de obras del francés, inglés y alemán, así como colaboraciones con otros autores. Fue becario de la Fundación Guggenheim (1961 y 1966) y de la Fundación Rockefeller (1950, 1955, 1956) y recibió numerosos doctorados honoris causa por la Universidad de las Américas (México), Universidad Autónoma de Barcelona (1984) y Universidad Nacional Autónoma de México.

Además, fue fundador y director de la revista Diálogos (El Colegio de México, 1964-1985) y recibió numerosas distinciones otorgadas por el gobierno de España, Francia y México, como el Premio Internacional Alfonso Reyes 1988, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1995, IX Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2009 y la Medalla Bellas Artes, otorgada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) en enero de 2009.

Electo el 5 de noviembre de 1973, ingresó a El Colegio Nacional el 26 de febrero de 1974. Su conferencia inaugural, Del modernismo a la modernidad, fue contestada por el poeta y ensayista Octavio Paz. En 1994 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua. En 2013 el Senado de la República le entregó un pergamino y un reconocimiento como homenaje por su trayectoria.

Algunos de sus últimos libros son Introducción a la historia de la filosofía (1964), El tiempo vivido (1985), Cuatro filósofos y lo sagrado (1986), Memorial de Mascarones y otros ensayos (1995), Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz (1997), Naturalezas vivas (1997), Entre la poesía y el conocimiento (2001) y Lugares del tiempo (2002), entre muchos otros.

En 2001, el ensayista Adolfo Castañón escribió: “La lección crítica de Ramón Xirau asciende y desciende por una espiral que va de la experiencia contemplativa y del poema al ejercicio del conocimiento, del saber nacido del poema a la contemplación surgida del contraste y del juego del saber, de las experiencias a los saberes.

“Poeta y filósofo, poeta-filósofo, Ramón Xirau parece haber encontrado en el ensayo literario, en el ejercicio de interrogación crítica del acto poético, el espacio idóneo para celebrar el diálogo —palabra clave en él— entre los saberes del alma y el espíritu. Pensamiento y poesía aparecen entonces como dos caras de una misma moneda viva que acuña y cifra la historia invisible de la cultura, en cuyo firmamento se despliegan las constelaciones que llamamos obras”.

En el funeral de Xirau, en 2017, su colega Julio Hubard recordó que en sus clases, el poeta solía decirles a sus alumnos que lo importante es que cada uno aprendiera a pensar por sí mismo. Por eso, dijo, lo que deja Xirau (con su muerte) no es un vacío, sino todo lo contrario: deja eminencia.

“No creo que con él se hayan ido pérdidas: solo fue ganancia. En ese sentido de aportaciones, con una generosísima gratuidad, no hay hueco. Su vida fue larga, profunda, espiritual, y su obra es algo que se suma a la calidad del mundo. No nos deja la sensación de pérdida, sino la de una ganancia muy peculiar. Será importante recordar su obra con el afecto que le tuvimos quienes lo tratamos”.


Reacciones