_ Muy buenos días.
Sean todas y todos bienvenidos a esta Secretaría de Gobernación. Saludo con muchísimo gusto a las y los titulares de los ministerios de juventud de Guatemala, de Honduras, Panamá y El Salvador.
Así también como al Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica.
De igual manera doy la bienvenida al secretario del Bienestar, Javier May; al coordinador general de Comunicación Social y vocero del Gobierno de México, Jesús Ramírez Cuevas y al director general del Instituto Mexicano de la Juventud, Guillermo Rafael Santiago Rodríguez. Saludo también a las y los servidores públicos del Gobierno de México y representantes de organismos internacionales.
Me complace dirigir este mensaje en el marco del encuentro Juventudes al Centro de la Transformación: Reunión de Trabajo para la Consolidación del Programa de Cooperación entre las Instancias de Juventud de El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Nos alegra ser los anfitriones del encuentro que afianza nuestras relación multilateral y regional.
Las juventudes son agentes indispensables para el progreso social y el desarrollo de nuestros países. Tienen una visión crítica respecto de la familia, de la sociedad, de la pareja, del trabajo y de las instituciones de Estado.
La visión reflexiva de su juventud ante su entorno social es muy valiosa porque les guía en las diversas etapas de su vida. Para los Estados sirve como directriz para generar condiciones favorables en la elaboración de políticas para su atención a la juventud.
En el presente las y los jóvenes de nuestros países enfrentan, sin duda, desigualdad material y social que deriva en discriminación y violación a sus derechos. Esta es una problemática que México a lo largo de su historia ha enfrentado y la cual, hoy en día estamos trabajando por subsanar.
En consecuencia, la cooperación para el desarrollo de una agenda con perspectiva de juventud, término acuñado recientemente pero sumamente importante, tener una perspectiva de juventud es la respuesta idónea en la solución de problemáticas que reproducen desempleo, sobre todo pobreza, violencia y desintegración familiar.
Esto se debe a que la agenda atiende la necesidad de formular iniciativas comunes y acciones innovadoras para el desarrollo regional, considerando un hecho irrefutable que las y los jóvenes son agentes del cambio y de bienestar social.
En el plano histórico, el valor social de las transformaciones generacionales realizadas por las y los jóvenes fue soslayado, en ocasiones censurado, reprimido. Durante el Siglo XX las juventudes fueron criminalizadas e invisibilizadas.
No obstante, la juventud ha demostrado resistencia, organización y poder de convocatoria, lo hicimos nosotros en nuestra juventud, en las movilizaciones estudiantiles del 68, lo hicieron los jóvenes en la lucha por la democracia en la década de los ochenta: todas y todos luchamos por la inclusión social y la igualdad de género; pero hoy ustedes lo hacen además impulsando la transformación de nuestras sociedades.
Dichas transformaciones serían superfluas sin el reconocimiento social que tenemos que hacer a la juventud. Por esta razón, los gobiernos democráticos reconocemos a las y los jóvenes como sujetos de derecho pleno y verdaderos agentes del desarrollo social.
Los gobiernos aquí reunidos creamos programa y políticas de juventud respetando sus valores, sus principios para que decidan las relaciones con los espacios de la sociedad, pero hay que ser objetivos porque el esfuerzo mancomunado sería infructuoso e inadmisible si la juventud es ajena a la toma de decisiones públicas que les atañen.
Nuestra misión recae en lograr que las juventudes decidan libremente, con autonomía sobre sus proyectos de vida, pero con acceso a oportunidades y justicia social.
Por eso, incluyamos la perspectiva de juventud en nuestro modelo de gobernanza y acción pública; para así garantizar plenamente los derechos humanos de las y los jóvenes.
En el Gobierno de México estamos convencidos de que las juventudes están en el centro de la transformación social, ahí en el centro. Por ello, promovemos entre las naciones hermanas políticas para entretejer un modelo de atención a la juventud que sea global en términos de su respuesta y de sus alcances sociales.
Les afirmo con plena certeza, el Estado mexicano pugna por el empoderamiento de la juventud mediante la generación de oportunidades y reconstrucción del tejido social.
Celebro esta gran oportunidad de intercambiar alternativas y experiencias exitosas de atención a las juventudes de nuestros países. Emprendamos acciones innovadoras y continuemos fortaleciendo las políticas sociales.
Mejorar las condiciones de nuestras juventudes en el presente fortalece las posibilidades de un mejor futuro para nuestras naciones. La brújula que orienta nuestra labor parte de la convicción de que unidos los gobiernos latinoamericanos podemos construir un mejor presente y un mejor futuro para las y los jóvenes.
Muchas gracias, muchas gracias y éxito en los trabajos.
