_ En el marco de la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), se llevó a cabo la apertura del III Foro “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, con la participación de expertos de Costa de Marfil, país invitado de honor. La mesa de diálogo puso de relieve los desafíos comunes entre México y la nación africana para revitalizar sus lenguas originarias en contextos de diversidad cultural y herencia colonial.
México cuenta con 68 lenguas indígenas y Costa de Marfil con 60, ambas en riesgo por la imposición histórica de idiomas extranjeros: el español y el francés, respectivamente. Paloma Bonfil Sánchez, coordinadora nacional de Antropología del INAH, destacó que, pese a las distancias geográficas, ambos países comparten historias de resistencia y resiliencia cultural. Enfatizó que las políticas públicas actuales buscan dar visibilidad y cauce a la preservación del plurilinguismo.
Koffi Tougbo, consejero técnico del Ministerio de Cultura de Costa de Marfil, recordó que África vivió procesos de esclavitud, trata trasatlántica y colonización, lo que desintegró parte de sus tradiciones y lenguas. Explicó que desde hace cinco décadas se aplican programas de codificación y enseñanza de lenguas indígenas en escuelas primarias, con resultados positivos: los niños que aprenden en su lengua materna muestran un rendimiento superior frente a quienes solo estudian en francés.
Expertos mexicanos como Lazare Flan Goualo, de la Universidad de Colima, y Brahiman Saganogo, de la Universidad de Guadalajara, señalaron que la pérdida de hablantes, la discriminación y la falta de políticas efectivas son factores que ambas naciones comparten. Sin embargo, subrayaron que en África persiste un sentido de orgullo identitario por el origen linguístico, en contraste con el estigma que aún enfrentan muchos hablantes en México.
El foro, alineado con el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas proclamado por la ONU para el periodo 2022-2032, busca impulsar acciones que fortalezcan la diversidad linguística y garanticen los derechos culturales de los pueblos originarios en un mundo globalizado.
