_ Señoras y señores embajadores y cónsules de México, servidores públicos de la Cancillería mexicana, representantes del sector empresarial, gracias por su presencia. A los medios de comunicación, muchas gracias. Y desde luego muy feliz año a todas y todos ustedes.
El año que acaba de terminar fue para la sociedad y gobierno, de enseñanzas y de realizaciones. Con el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal cumplió, en lo fundamental, con los propósitos anunciados al iniciar su mandato.
De lo que hemos hecho en el primer año de gobierno debemos obtener lecciones para trazar nuestra trayectoria en el año que inicia. Aprendamos de los errores, aprovechemos los aciertos, sabiendo que el activo más importante en la transformación de México es la confianza de nuestro pueblo en las instituciones y específicamente en el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Siendo la secretaria de Gobernación, por mandato de ley, la coordinadora de gabinete, quiero compartir con ustedes algunos de los aspectos que merecen ser destacados en un balance inicial, para el que tendremos más tiempo e información en los siguientes días.
Aunque la economía no creció conforme a la meta planteada por el gobierno, sus principales indicadores, como la inflación, el tipo de cambio y la balanza comercial, registraron en 2019 comportamientos positivos. En un contexto internacional desfavorable, porque fue desfavorable, la disciplina fiscal es un sólido soporte para la estabilidad macroeconómica. Ese es un gran logro de la política económica de este gobierno.
En el ámbito de la seguridad pública, al que mis colegas aquí presentes habrán de referirse con mayor detalle, en el año 2019 destacó la reforma constitucional y reglamentaria para dar soporte jurídico a la Guardia Nacional.
Gracias al diálogo sostenido con el H. Congreso de la Unión, especialmente con el Senado aquí está nuestra presidenta del Senado, Mónica Fernández y la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas– tales reformas recibieron aprobación unánime -salvo por un voto- en ambas cámaras, y también unánime, de todas las legislaturas estatales y de la Ciudad de México.
El despliegue de la Guardia Nacional continuará hacia nuevas zonas, lo que permitirá mejorar las condiciones de seguridad de personas, familias y bienes en el territorio nacional.
Los programas sociales del gobierno federal avanzaron en 2019 a un ritmo y cobertura sin precedente, mediante la entrega directa de recursos a sus beneficiarios, para así poner fin a las redes de control social fundadas en el clientelismo y en el indebido uso electoral de recursos del Estado.
Esos programas beneficiaron a quienes más lo necesitan, pero de mayor impacto fue el programa de la pensión a adultos mayores y su cobertura universal. Destaco por su impacto poblacional y sus beneficios sociales los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y los destinados a mujeres en situación de vulnerabilidad o de pobreza.
Aunque la inversión pública deberá aumentar vigorosamente en los años venideros, dos megaproyectos del gobierno federal dieron inicio en 2019: la Refinería en Dos Bocas, Tabasco y el Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles, en Santa Lucía, Hidalgo.
En 2020 darán inicio las obras de los trenes Maya y transístmico, a los que se suma el ambicioso plan de obras que el sector privado –aquí presente– anunció a finales del año pasado. Construir la infraestructura que México requiere, en algunos casos de manera urgente, es tarea prioritaria del gobierno de la Cuarta Transformación.
En educación y salud, dos derechos fundamentales de las y los mexicanos, se han reorientado las políticas del gobierno hacia una visión que privilegia el compromiso social del Estado y alienta la participación activa de maestros, padres de familia y alumnos en el ámbito educativo.
Al tiempo que, con la entrada en operación del Insabin, se ponen bases firmes para la cobertura de servicios médicos a más de 60 de millones de personas que hoy en día carecen de esa protección, meta que deberá alcanzarse en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador al fortalecer a las instituciones del sistema de salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social y el ISSSTE.
Son innumerables las obras, grandes, medianas, pequeñas, que el Gobierno de México emprendió en su primer año de ejercicio, de ellas dan cuenta los informes que el presidente rindió al pueblo de México a lo largo de 2019, singularmente el entregado al Congreso de la Unión el 1 de septiembre pasado.
En el gobierno estamos haciendo más con menos. Estamos demostrando que se puede atender la tarea de gobernar con racionalidad, disciplina, eficacia y austeridad, en beneficio de todo nuestro pueblo. La austeridad republicana es bandera del señor presidente Andrés Manuel López Obrador, como lo es también combatir la corrupción y a la impunidad.
El presidente predica con el ejemplo, a nosotros nos corresponde actuar en consecuencia. En nuestras tareas, en nuestro trabajo diario, en nuestro contacto con la gente, en especial con la que menos tiene, con la que padece exclusión, nos corresponde estar a la altura del reto y honrar el ejemplo de nuestro presidente.
Para la Secretaría de Gobernación el 2019 fue un año de reestructuración y transformación para atender sus tareas, las de antes y las que le han sido asignadas en esta nueva etapa.
Concluimos en tiempo récord la separación de las áreas de seguridad pública y protección civil, que desde el 1 de diciembre de 2018 están depositadas en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a cargo de mi estimado amigo Alfonso Durazo. Reconozco el trabajo de los servidores públicos de ambas secretarías para alcanzar este resultado.
La Secretaría de Gobernación está orientada al cumplimiento de tres objetivos principales:
La de gobernabilidad democrática; la protección de los derechos humanos, incluidos los de personas de otras nacionalidades que ingresan a nuestro territorio; y la promoción de una cultura cívica en que la consulta a la sociedad y las formas y mecanismos de democracia participativa adquieren vigencia y se convierten en prácticas de uso común.
En el trato con las organizaciones sociales nuestra divisa es el diálogo y la construcción de acuerdos para encauzar problemas y abrir paso a soluciones. Me enorgullece mantener una política de puertas abiertas y de disposición permanente para escuchar las demandas de los ciudadanos y de sus organizaciones.
Con esa política no solamente encauzamos y contribuimos a resolver problemas de organizaciones sociales, sino que también contribuimos a la solución de conflictos que afectan a los empresarios en su relación con el gobierno, o en la aplicación de las leyes, como son los casos de las empresas de gasoductos o la industria de alimentos, por la aplicación de las nuevas normas de etiquetado frontal. Nuestro diálogo con el sector empresarial y sus organizaciones es constante y fructífero.
La relación del gobierno, y de la Secretaría de Gobernación, con el Congreso de la Unión es fluida y está basada en el respeto a sus facultades y competencias. Conforme a las instrucciones del señor presidente, tanto con el Poder Legislativo como con el Poder Judicial, las relaciones son de respeto y colaboración, asegurando, en lo que al gobierno corresponde, las condiciones para el ejercicio de las atribuciones de esos dos poderes de la Unión.
El federalismo se manifiesta en nuestro trato diario con los gobiernos estatales y el de la Ciudad de México, que cuentan con el respaldo del Gobierno de la República sin distinción de origen partidista. Con los municipios, la secretaría a mi cargo despliega una intensa actividad para apoyar la capacitación de sus funcionarios y mejorar sus capacidades, a fin de atender de mejor manera a la población.
Reitero mi convicción, expresada en diferentes foros, en el sentido de que en las tareas para recuperar la seguridad pública debemos contar con la activa y decidida participación de los gobiernos municipales; las policías municipales deben ser apoyadas, capacitadas y estar mejor pagadas y preparadas, a fin de que se conviertan en garantía de seguridad y confianza en cada ciudad, en cada población, en cada pueblo, en cada colonia y en cada barrio.
Podría continuar este recuento del primer año de gobierno, pero lo más importante son las tareas que juntos y de manera coordinada habremos de cumplir en este año que da inicio.
Por las atribuciones que me asigna la ley, mantendré con mis colegas de gabinete una estrecha comunicación y coordinación, compromiso en el que incluyo a quienes representan a México y a nuestro gobierno en el extranjero, los señores y señoras embajadores y cónsules, reunidos aquí en su tradicional encuentro anual, que en la Secretaría de Gobernación –decirles– cuentan con un aliado incondicional para el mejor desempeño de su elevada misión.
Termino aquí esta primera intervención refiriéndome a un tema que ocupó nuestra atención de manera destacada en 2019: la migración.
Como saben, el flujo migratorio que cruzó por México para intentar llegar a Estados Unidos en el primer semestre de 2019, superó con creces las previsiones que teníamos en enero pasado, lo que provocó la alarma, así es, la alarma de las autoridades de ambos países y condujo, lamentablemente, a la amenaza de imponer a México aranceles, en represalia por un fenómeno del que no somos causantes, mucho menos responsables. Gracias a las acciones del Gobierno de México la amenaza se conjuró mediante el diálogo.
Para atender las tareas y asegurar el cumplimiento de los compromisos contraídos en julio pasado con la Casa Blanca, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió crear una comisión intersecretarial para coordinar las acciones que en materia migratoria desarrollan las secretarías y organismos del Gobierno de México.
El flujo migratorio disminuyó a partir del mes de agosto y al cierre de 2019 se encuentra en los niveles observados en 2017. Estaremos muy atentos a lo que ocurra en el primer trimestre de este año y anticiparemos medidas que permitan, en su caso, atender a las personas migrantes, en especial a menores de edad y a las mujeres.
Dije hace un año que México es un país solidario con quienes se ven obligados a dejar su tierra para buscar oportunidades de bienestar y progreso. Lo seguiremos haciendo. Solo reitero lo que también dije hace un año.
Para proteger a quienes ingresan a México necesitamos saber quiénes son, y ellos están obligados a cumplir con nuestras leyes y a respetar a nuestras autoridades. Reiteramos que la migración debe ser ordenada, segura y regular.
Vamos a continuar y a honrar la tradición mexicana de asilo y refugio. Somos y seremos solidarios con nuestros hermanos y hermanas centroamericanos, y con todos los que desde otras latitudes llegan a México buscando un mejor destino.
Lo que no debemos ser es territorio sin ley y sin autoridades, mucho menos aceptaremos que se pretenda convertir a nuestro país en zona libre para la operación de bandas de traficantes de personas. Eso no lo vamos a permitir.
La política migratoria del Gobierno de México, que a la Secretaría de Gobernación corresponde formular y aplicar, seguirá fundada en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes, en primer lugar, de nuestros compatriotas, así como lo acaba de decir nuestro canciller hace un momento, ya sea en México o en Estados Unidos. Esa es la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Estimadas y estimados amigas y amigos, les deseo un venturoso año nuevo. Ustedes son el rostro de México en el extranjero. De ustedes estamos orgullosos, por su trabajo y por su dedicación. Muchísimas gracias por su atención.
Y quiero también manifestarles que el señor presidente me espera en una cita que tengo con él, así que muchas gracias, muy buen año y aquí los dejo con mis compañeros, muchas gracias.
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EST No. 001/2020
