Versión estenográfica de la intervención del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela - NTCD Noticias
Jueves 28 de marzo de 2024

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Versión estenográfica de la intervención del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela

Versión estenográfica de la intervención del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela

Versión estenográfica de la intervención del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela

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Las palabras las convertí en una pregunta. Me pregunté: ¿Son importantes los resultados de la ENSANUT? Respondí rápida y contundentemente sí ¿Por qué? Pues vivimos entre el pasado y el futuro. El pasado nos da la experiencia y los conocimientos necesarios para aplicarlos en el presente y así poder actuar en el futuro.

El objetivo final de la ciencia es resolver problemas en el presente y poder cambiar su curso en el futuro, es decir, intentar entender los problemas de salud presentes y sus factores determinantes y así anticiparnos a lo que viene.

Hoy vivimos un ejemplo de ello el daño a la biodiversidad nos ha llevado a la era de las pandemias. Después de casi un año de convivencia con el SARS-CoV-2, hemos empezado a entender el comportamiento de este virus y se busca responder a preguntas tales como: ¿Qué hemos hecho mal como especie? ¿Qué situaciones podemos mejorar tanto en lo individual y lo colectivo? Entre muchas otras.

Decía Séneca “Si un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento le es favorable”. Por ello, es importante saber hacia dónde nos dirigimos y para ello necesitamos tener puntos sólidos de referencia. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición es sin duda, uno de esos indicadores que nos dice claramente hacia dónde debemos caminar.

Desde que la Secretaría de Salud creó el Sistema Nacional de Encuestas de Salud en 1986, se han venido desarrollando y perfeccionando una serie de intervenciones encaminadas a conocer el perfil de salud y nutrición de nuestras comunidades.

En 2006 se reconoció el papel indivisible de la nutrición en la salud humana y fue la primera vez en la historia de nuestro país que se fusionaron ambos temas en una encuesta nacional, dando origen a la que hoy nos cita.

A partir de entonces conocemos el comportamiento de nuestras poblaciones en temas tan específicos como la prevalencia, la distribución de las enfermedades crónico-degenerativas, la doble carga de la mal malnutrición, las prácticas de alimentación infantil, entre otros.

Los objetivos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición son claros, ya se mencionaron por el doctor Rivera, identificar los factores ambientales, socioeconómicos y culturales que determinan nuestros patrones de alimentación, de actividad física, de consumo de tabaco y alcohol, del uso de los servicios de salud, entre otros, con el fin de tratar de modificarlos y con ello disminuir la incidencia de las enfermedades crónico-degenerativas, como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, el cáncer, entre otras, que durante la pandemia del SARS-CoV-2 ha arrebatan la vida de miles de personas.

Recuerdo tan solo lo que nos revelan los datos que no podemos dejar pasar por alto, el porcentaje de adultos con sobrepeso, que en 2018 fue de 75.2 por ciento, es decir, tres de cada cuatro mexicanos presentan este problema.

También, el porcentaje de personas con diagnóstico de diabetes mellitus que se incrementó de 9.2 por ciento en 2012 a 10.3 en 2018. Lo mismo sucedió con la hipertensión arterial que pasó de 16.6 por ciento en 2012 a 18.4 por ciento en 2018; sin considerar a un lado, la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil que se incrementó en forma importante y sigue haciéndolo.

Estos datos que he mencionado reflejan las enormes carencias alimentarias del país, derivadas de décadas de abandono y descuido de nuestro sistema de salud. Durante años se fomentó el consumo indiscriminado de alimentos y bebidas ultraprocesados, sin tomar en cuenta las necesidades reales de cada comunidad y el medio ambiente.

En pocas palabras, necesitamos transformar a fondo nuestro sistema agroalimentario e incidir en nuestros estilos de vida de la población mexicana a través de la comunicación, social entre otras de las herramientas.

Es obligación del Estado intervenir al respecto y generar las políticas públicas necesarias para revertir este mal, necesitamos hacer de la salud alimentaria un tema prioritario en la agenda de salud.

Hoy contamos, reitero, con un sólido sistema nacional de encuestas que nos permite estudiar y comprender el perfil epidemiológico de salud y nutrición de las y los mexicanos.

En este sentido, lo que hoy se presenta deben ser asumidos con la seriedad que se requiere, pues nos ofrece una perspectiva las omisiones en materia de salud que atraviesa nuestro país.

Reconozco el esfuerzo coordinado entre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud, para llevar a cabo está tarea.

Es nuestra obligación convertir esta información en estrategias y políticas públicas de salud claras con el fin de mejorar la vida de todas y todos los mexicanos.

El viento nos es favorable.

Muchas gracias.


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