Turismo por: Equipo de redacción EXHIBEN EN MICHOACÁN ÓLEOS MARIANOS DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX 2014-10-31

La muestra Dones, gracias y virtudes. Escenas de la Virgen María se presenta en el Museo Regional de Michoacán
Incluye seis lienzos que por primera vez son exhibidos y que forman parte del acervo del Museo de Guadalupe, en Zacatecas


Integrada por piezas que por primera vez salen de la bodega de obra del Museo de Guadalupe, en Zacatecas, para ser exhibidas, la exposición Dones, gracias y virtudes. Escenas de la Virgen María se presenta en el Museo Regional de Michoacán tras su exhibición en el Museo Regional de Historia de Aguascalientes.

La muestra está integrada por 19 piezas de los siglos XVIII y XIX, entre óleos, cuatro litografías europeas elaboradas con la antigua técnica de impresión en piedra caliza, un libro de coro manufacturado con la técnica de vitela (en hoja de piel de bovino) y una cerámica vidriada, que dan cuenta de escenas novohispanas e iconografía de la Virgen María.

Sobre la exhibición en dicho recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Violeta Tavizón, subdirectora del Museo de Guadalupe, destacó la presencia de seis lienzos del siglo XVIII que aluden a la Virgen María, que se encontraban en la bodega de obra del espacio museístico y que por primera vez salen para itinerar por la red de museos regionales del Instituto.

a€œEstas obras (los seis óleos) justo dan cuenta de la vida de la Madre de Dios a partir de dos pinceles, uno anónimo y otro de un pintor llamado Rafael de la Peña, cada uno con un lenguaje pictórico muy diferente; el primero es más ingenuo, mientras que la obra de autor es mucho más minuciosa en su hechuraa€, explicó Tavizón, quien conjuntamente con la historiadora Consuelo Maquívar curó la exposición.

El nacimiento de la Virgen, La circuncisión de Jesús, La presentación del Niño Jesús en el templo, Descanso en la huida a Egipto, Desposorios de la Virgen María y La adoración de los Reyes Magos (los dos últimos de Rafael de la Peña) presentan escenas fundamentales en la vida de la Virgen María propias de la pintura novohispana.

En opinión de la historiadora Tavizón, la pintura virreinal, sobre todo la religiosa, tenía un fin didáctico. a€œEl objetivo era enseñar a partir de la imagen, ya que gran parte de la población era analfabeta. A partir de las pinturas iban comprendiendo, por ejemplo, la vida de la Virgen María como un modelo a seguir dentro del universo femenino en la época novohispanaa€, enfatizó.

Ya fueran autores anónimos o reconocidos, generalmente eran las mismas escenas las que pintaban, muy similares, sólo cambiaba la forma de pintar de cada uno de los artistas, pero el objetivo era prácticamente el mismo: enseñar por medio de la imagen.

a€œLa evangelización no fue nada más para los naturales, sino para toda una sociedad plagada de distintas formas de concebir al mundo, que buscaba reconocerse como tala€, explicó.

Dividida en tres núcleos temáticos, la exposición da inicio con Dones, gracias y virtudes, parte introductoria que aborda la figura de la Virgen María como un modelo de virtud a seguir, y cómo, dentro de esta evangelización, las pinturas eran una herramienta muy importante para propagar una nueva ideología religiosa: el catolicismo.

a€œSe introduce al visitante a lo que verá a continuación: distintas advocaciones e iconografías alusivas a la Virgen María. En el espacio, los visitantes podrán apreciar los seis óleos mencionados, la cerámica vidriada del siglo XIX, que también representa a la Inmaculada Concepción, además de un grabado del rostro de la Madre de Diosa€, expuso.

La segunda sección, La mujer vestida de Sol, expone los atributos marianos y alude a la cita consignada en el libro Revelaciones o Apocalipsis de San Juan, último texto del Nuevo Testamento, donde se menciona a a€œuna mujer vestida de Sol, la luna bajo sus piesa€¦a€, que personifica a la Virgen María.

a€œAhí se habla de cuáles son los principales elementos iconográficos de la Madre del Salvador, como el lirio y el espejo, que simbolizan la pureza, o la palma, que en el caso de la Virgen representa el triunfo sobre el mal. Los colores que siempre la distinguen, el azul y el blanco, hablan de su integridad y la cercanía con el cieloa€.

También se incluye un gráfico que muestra algunos de los atributos marianos, escenas de la Virgen María, además de un libro de coros, llamado de antífonas, que cuenta con una pintura en miniatura, cuya técnica (pintar pequeñas escenas en libros) fue muy utilizada por los artistas en la época novohispana.

Al limpiar dicho volumen, utilizado en el siglo XVIII por los franciscanos del Colegio de Propaganda Fide (sede actual del Museo de Guadalupe), se detectó que fue elaborado con la técnica de vitela (impreso en hoja de piel de bovino), y se descubrió que la tinta era una especie de acuarela de color natural, posiblemente obtenida de la grana cochinilla.

El tercer y último núcleo, Ramillete de invocación y milagro. Advocaciones marianas, se adentra en la tradición nacional y en la de casi todos los países católicos: la adopción de las advocaciones marianas como patronas de una región, país o ciudad. Destacan imágenes de Nuestra Señora de El Pueblito (Querétaro) y Nuestra Señora del Patrocinio (Zacatecas), además se exhiben piezas alusivas a las vírgenes de Guadalupe y de Loreto, así como La Virgen de Pasavensis, cuyas labores de restauración revelaron que su autor fue el pintor novohispano José de Alcíbar, y no un anónimo como se creía.

a€œLa imagen de la Virgen María fue un recurso didáctico muy importante para los pintores de la época, porque era un modelo de virtud a seguir o imitar; así como Cristo lo fue para los hombres, ella lo fue para las mujeresa€, aseguró Violeta Tavizón.

La muestra se completa con óleos de Juan Nepomuceno Herrera y otras creaciones anónimas.

A través de muestras temporales en sus museos regionales, el INAH, por medio de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, da a conocer el vasto acervo que está bajo su custodia.

Dones, gracias y virtudes. Escenas de la Virgen María permanecerá hasta el 1 de marzo de 2015 en el Museo Regional de Michoacán, ubicado en Ignacio Allende 305, centro de Morelia, Michoacán. Horario: martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas. Costo: 43 pesos.