Sergio "Checo" Pérez rompió el silencio sobre las recientes críticas que ahora le dan la razón: el verdadero problema en Red Bull no era su desempeño, sino el complicado coche diseñado por Adrian Newey. En entrevista con F1.com, el piloto mexicano aseguró que, tras cuatro años en el equipo, finalmente queda claro lo difícil que es manejar el monoplaza número dos en la escudería de Milton Keynes.
“El año pasado no pude mostrar lo que soy capaz de hacer como piloto”, afirmó Pérez, refiriéndose al RB20, coche que marcó el inicio de los problemas técnicos que se agravaron con el RB21. El tapatío subrayó que incluso Max Verstappen ha tenido dificultades con el monoplaza, confirmando así las advertencias del propio Newey, quien recientemente se unió a Aston Martin.
La situación se evidenció aún más tras la breve participación de Liam Lawson, quien había sugerido que podía hacer un mejor trabajo que Pérez, pero tras dos carreras fue relegado a Racing Bulls, lo que generó un cambio de perspectiva en los críticos. “Ahora, de repente, la gente se da cuenta de lo difícil que es manejar el coche”, remarcó Checo.
Sobre su futuro en la Fórmula 1, Pérez reveló que ha recibido propuestas interesantes desde su salida de Red Bull a finales de 2024, y no descarta su regreso en 2026, año en que entran en vigor las nuevas regulaciones técnicas. Uno de los posibles destinos es Cadillac, equipo que debutará ese mismo año. Aunque evitó confirmar nombres, aseguró estar en conversaciones con varios equipos y que solo regresará si el proyecto es sólido y disfrutable.