Mientras el consumo interno en México avanza apenas alrededor de 1% anual, Grupo Sahuayo ha optado por una ruta distinta: crecer, pero con control. La designación de Dieter Holtz como nuevo CEO revela una intención clara de institucionalizar procesos, fortalecer su gobierno corporativo y consolidar la disciplina financiera como eje del crecimiento proyectado para 2026. Tras un periodo de ajustes internos, el grupo —uno de los mayores distribuidores de abarrotes del país, con ventas cercanas a 1,000 millones de dólares anuales— prevé un avance de entre 6 y 7%, ampliamente por encima del promedio del sector.
El reto no es menor. La operación logística de Sahuayo, sostenida por una flotilla de más de 700 camiones, enfrenta diariamente bloqueos carreteros, problemas de inseguridad y escasez de operadores, factores que incluso han obligado a suspender rutas en algunas regiones. Aun así, el grupo mantiene cobertura nacional y abastece miles de puntos de venta, incluidos aquellos ubicados en localidades pequeñas donde se concentra una parte significativa del consumo.
En este complejo escenario, la estrategia comercial encabezada por Javier García ha sido clave para orientar las prioridades hacia categorías de alta rotación. Abarrotes esenciales, alimentos, productos de higiene, cuidado personal y OTC se mantienen como pilares del portafolio, sustentados en un dato poco atendido en la industria: 27% del consumo nacional ocurre en comunidades con menos de 2,500 habitantes. Para Sahuayo, ese universo representa una ventaja competitiva y un terreno indispensable para sostener su crecimiento.
El movimiento corporativo también envía un mensaje al sector: la empresa decidió apostar primero por el orden interno antes que por el aumento agresivo de volumen. En un contexto económico incierto, esa diferencia suele definir si una compañía logra mantenerse o consolidarse. El fortalecimiento operativo y financiero apunta, además, a una expansión que busca equilibrio entre escala, rentabilidad y estabilidad logística.
En paralelo, las expectativas de crecimiento en la industria de la construcción también delinean un panorama más dinámico para los próximos años. De acuerdo con el estudio "Mexico Construction Industry 2025-2029" de ResearchAndMarkets, el sector crecerá en promedio 2.6% anual entre 2026 y 2029, impulsado por inversiones superiores a 1.2 billones de pesos en infraestructura energética y de transporte. Empresas como Sarens se perfilan como actores estratégicos en esa expansión, aportando capacidad técnica y experiencia en proyectos complejos, como lo hizo en la planta dulcera FINI en Villas de Tezontepec, Hidalgo, donde movilizó grúas de gran tonelaje para maniobras de hasta 61.2 toneladas. Estas inversiones, combinadas con una creciente demanda de servicios especializados, prometen un ciclo de expansión sostenida para el sector.