A tan solo un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump intensifican sus campañas en los estados clave que determinarán el resultado de esta reñida contienda. Con las elecciones programadas para el 5 de noviembre, los márgenes son ajustados, y Harris lidera por una pequeña ventaja en las encuestas con un 48.4% frente al 45.9% de Trump.
Ambos candidatos han centrado sus esfuerzos en los estados denominados "battleground states", como Pensilvania, Georgia, Wisconsin, y Arizona, donde cada voto cuenta. La participación en estos territorios será crucial, y tanto demócratas como republicanos han incrementado sus esfuerzos publicitarios y presenciales. Mientras Harris apuesta por ganar el “Muro Azul” (Pensilvania, Michigan, Wisconsin), Trump concentra su inversión en el Cinturón del Sol, con Carolina del Norte y Georgia como sus principales objetivos.
El dinero y los aliados también juegan un papel clave en esta etapa decisiva. Harris cuenta con el respaldo de Barack Obama, quien iniciará una gira de apoyo en Pensilvania. Por su parte, Trump ha recibido el respaldo del empresario Elon Musk, quien incluso ha participado en algunos mítines clave.
Sin más debates programados tras la negativa de Trump a un segundo enfrentamiento con Harris, la campaña entra en su recta final, donde ambos candidatos intentan movilizar a sus seguidores y asegurar la participación. Con la incertidumbre sobre el desenlace y posibles disputas legales tras el día de la elección, el panorama electoral se mantendrá tenso hasta que se conozcan los resultados definitivos.