Urge un periodismo más humano y empático para fortalecer la cultura de paz, según la periodista y académica Gabriela Warkentin. El ejercicio periodístico tiene un papel fundamental en los procesos de transformación social, pero es necesario reflexionar sobre las narrativas y cómo se abordan los contextos de violencia y conflictos para no caer en el error de solo informar sobre el horror.
Warkentin señaló que aunque el periodismo no inicia guerras, sí decide cómo contar los contextos de violencia. Es fundamental construir narrativas más humanas que no se limiten a la exposición del drama, sino que abunden en las causas y en otras formas de vida dentro de la guerra. El periodista Témoris Grecko destacó la importancia de cambiar el tipo de coberturas de los conflictos para promover un discurso dirigido a entender la vida de las personas y canalizar las diferencias en un ámbito de respeto a las leyes.
En el Coloquio "Libros, edición y cultura de paz", se discutió el papel del periodismo frente a la guerra y cómo contribuye a la paz o termina reproduciéndola. Se planteó la necesidad de un periodismo de soluciones que muestre posibles caminos de salida a las narrativas bélicas, adaptándose a los cambios en la sociedad.
Además, en la mesa "Escrituras desde el exilio", escritores latinoamericanos discutieron las distintas categorías de migración, exilio y apátrida, y cómo estas afectan la vida y la escritura de los autores. En este contexto, se destacó la importancia de reconocer las diferencias entre estos conceptos y cómo influyen en la percepción y narrativa de los escritores.
La promoción de un periodismo más humano y empático es esencial para contribuir a la construcción de paz y al entendimiento de las causas y consecuencias de los conflictos en nuestra sociedad. Es responsabilidad de los periodistas y medios de comunicación reflexionar sobre sus narrativas y abordajes de los contextos de violencia.