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Viernes 29 de marzo de 2024

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El INBA atendió a cerca de tres mil personas con sus brigadas artísticas en albergues de damnificados

El INBA atendió a cerca de tres mil personas con sus brigadas artísticas en albergues de damnificados

El INBA atendió a cerca de tres mil personas con sus brigadas artísticas en albergues de damnificados

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Tras los sismos de septiembre pasado

¡Este es un regalo inesperado! ¡Qué divertido! ¡Vamos a jugar! Estas fueron algunas de las exclamaciones de los damnificados por los sismos de septiembre pasado durante la visita de las brigadas artísticas y culturales que organizó la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) —por medio de la Subdirección General de Bellas Artes y la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas— durante más de un mes a albergues de las entidades afectadas.


Creadores, cuentacuentos, músicos, cantantes, bailarines, actores, estudiantes, talleristas y animadores de la lectura se sumaron a esta caravana para transformar el ánimo de los damnificados y acompañarlos con espectáculos de danza, teatro, música, títeres y narraciones.

El INBA desarrolló este programa con el objetivo primordial de coadyuvar, desde el lado sensible de las artes, en el proceso de reconstrucción del tejido social e insertarse como parte fundamental en la vida de las familias mexicanas.

Niños temerosos y adultos cabizbajos deambulaban por los espacios que los acogieron después de la tragedia. En sus rostros, minutos después de la presencia de artistas y talleristas, volvieron a aflorar las sonrisas.

Aún después de que los equipos del INBA habían partido, grandes y pequeños continuaban comentando la visita, tarareando alguna melodía, repitiendo pasos y entablando conversaciones que difícilmente se habían podido dar.

“Los dejaron muy contentos”, afirmó Alejandra Lebrija, encargada del albergue de Los Culhuacanes, y al ver que la alegría regresaba a los niños, los adultos también empezaron a mostrarse más tranquilos.

“No fue una distracción momentánea, sino algo que les aportó, ya que días después de la visita continuaban ellos solos replicando la actividad que les enseñaron o inventando otras”, añadió Lebrija.

“Volver a estar juntos dibujando, lejos del problema del temblor, fue una gran terapia”, señaló Odette Martínez, madre de uno de los pequeños del Colegio Rébsamen, quien agradeció al INBA los dos talleres de artes plásticas que les impartieron, y cuyos trabajos culminaron en un mural que fue exhibido en el Centro Nacional de las Artes.

“Verlo expuesto los hizo sentir orgullosos y recuperar la confianza”, dijo la señora Martínez, e indicó que la actividad la han compartido en redes sociales.

Dolores Bello Borges cantó para olvidar las penas y su semblante pasó de sombrío a radiante.

“¿Cuándo regresan?”, preguntó un grupo de pequeños que rodeaba a los bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea que acudieron al albergue del Pentatlón Deportivo Militarizado Universitario.

“¡Pásamela! ¡A mí, a mí!”, gritaban los infantes del albergue del Deportivo Mina, que de desconocidos pasaron a ser amigos, mientras corrían tras la pelota, en la actividad que les propuso Luis Enrique Rodríguez Sánchez.

Fue así como, con arte, el INBA se sumó a la solidaridad de los miles de mexicanos que de diferentes maneras han apoyado a los damnificados por los sismos recientes.

Con artes visuales, música, danza y teatro recorrió diferentes albergues del 26 de septiembre al 31 de octubre para llevar un poco de alegría a niños y adultos que se vieron afectados por la fuerza de la naturaleza.

Los más entusiastas para formar parte de las brigadas del INBA fueron los jóvenes estudiantes de sus escuelas, quienes no dudaron en mostrar lo aprendido en las aulas ante aquellos que necesitaban de un momento de esparcimiento para mitigar su tristeza.

La primera presentación fue en el Cendi Cumbres Sedesol, a donde el dúo de guitarras Constant-Granados acudió para interpretar música latinoamericana.

La tristeza se transformó en sorpresa cuando llegaron los estudiantes del Conservatorio Nacional de Música (CNM), Claude-Marie Constant y Daniel Granados, con guitarra en mano. Poco a poco, el pequeño grupo de damnificados que se encontraba en el lugar fue relajándose con las notas. Hasta la lluviosa tarde dejó entrever un rayo de sol.

El arte de Diego Rivera y Frida Kahlo llegó con la valija cultural para visitar a quienes se encontraban en el albergue San Jorge, de la calle de Tuxpan, colonia Roma. En el mismo sitio, el taller móvil de gráfica del Museo Nacional de la Estampa enseñó a los presentes algunas técnicas de impresión.

La música no podía faltar, por lo que el ensamble vocal Shemesh Quartet del CNM interpretó algunos temas, en otra visita realizada a ese albergue, al igual que el Ensamble Kuxtal, que se presentó días después.

Luis Enrique Sánchez, estudiante de guitarra clásica, y un ensamble de flauta y guitarra del CNM se presentaron en el Instituto Kinder Condesa.

El camión-taller del Museo Nacional de San Carlos, con todos los tesoros que contiene, se estacionó en el albergue ubicado en el Pentatlón Deportivo Militarizado Universitario.

Relajarse después de un acontecimiento traumático resulta difícil, por lo que representantes del Centro de Investigación Coreográfica acudieron al albergue San Jorge para impartir un taller de relajación, mismo que llegó al albergue ubicado en Torres Adalid y La Quemada, en Narvarte.

El trombón y el violonchelo resonaron en el albergue de Villa Olímpica, mientras que la soprano Tania Montserrat León y el tenor Roberto Cortés interpretaron canciones de películas de Disney en el albergue del Pentatlón Deportivo Militarizado Universitario.

Un gran éxito obtuvo la Gyptanpsy Klezmer Band en su presentación en el albergue Escandón, y posteriormente durante la Noche de Velas que se celebró en el Monumento a la Revolución.

El albergue Hogar de la Ciudad de México, en Buenavista, se benefició con tres obras de teatro por parte de la Coordinación Nacional de Teatro: Duermen los peces; Pato, muerte y tulipán, y Cosas perdidas de la compañía Teatro al Vacío. Asimismo, se ofreció un concierto a cargo de un cuarteto de trombones, un guitarrista y un pianista, y la Escuela Nacional de Danza Folklórica presentó bailes de diferentes regiones del país.

El Ensamble de Cuerdas del CNM y la Marimba Nandayapa reconfortaron a los damnificados del multifamiliar Tlalpan.

La obra de teatro Cosas perdidas, un taller de artes plásticas impartido por la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, y el taller de grabado del Museo Nacional de la Estampa se llevaron al albergue del Colegio Rébsamen, en la colonia Prados Coapa.

Una psicóloga de la Academia de la Danza Mexicana acudió al Deportivo Moctezuma a atender a las personas que allí se encontraban.

La ópera Búhos se presentó en el albergue Independencia de la colonia Zacahuitzco, en Iztapalapa, al igual que en el albergue de Torres Adalid y La Quemada.

En total se benefició a 2,909 personas gracias al entusiasmo de un gran equipo que conformó las brigadas del INBA, que, con su arte y logística, logró infundir nuevos ánimos en niños y adultos.


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