_ El 53 Festival Internacional Cervantino (FIC) vivió una jornada marcada por la diversidad artística y los encuentros culturales. Desde la Alhóndiga de Granaditas hasta el Teatro Juárez, la música, la danza, el teatro y el jazz se fusionaron en una celebración donde México dialogó con el mundo. Uno de los momentos más emotivos fue el espectáculo “Celtic Fandango”, en el que músicos escoceses y veracruzanos compartieron escenario en un vibrante homenaje a la música como lenguaje universal.
Entre gaitas, violines y arpas escocesas que se entrelazaron con el son jarocho, el público vivió una experiencia sonora única. El multi-instrumentista Juan José Duarte destacó las similitudes rítmicas entre las tradiciones de ambos países, mientras la violinista escocesa Patsy Reid celebró la colaboración cultural que logró unir melodías ancestrales con nuevos arreglos creados para esta edición del Cervantino.
En otro escenario, el Dúo Dillon–Torquati transformó el Templo del Señor Santiago Apóstol en un espacio de profunda emoción musical con obras de Brahms, Janáček y Shostakóvich, mientras el Teatro Principal se llenó de público infantil con la puesta “El Mosquito de Storyville”, una fábula visual que combinó títeres, cine y música en vivo. Por la noche, el Teatro Juárez vibró con la intensidad de “Elektra”, de Richard Strauss, presentada por la Compañía Nacional de Ópera del INBAL, en una función que fue ovacionada de pie.
El cierre de la jornada llegó con el virtuosismo de Paquito Cruz Trío en el Trasnoche, donde jazz, flamenco y sonoridades mexicanas confluyeron en un ambiente íntimo y cautivador. La jornada reafirmó el espíritu del Cervantino 2025: un espacio donde convergen culturas, generaciones y estilos, demostrando que el arte sigue siendo un punto de encuentro entre México y el mundo.
