Cuauhtémoc: el legado y la simbología del último emperador mexica a 500 años de su muerte - NTCD Noticias
Miércoles 18 de septiembre de 2024

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Cuauhtémoc: el legado y la simbología del último emperador mexica a 500 años de su muerte

Cuauhtémoc: el legado y la simbología del último emperador mexica a 500 años de su muerte

Cuauhtémoc: el legado y la simbología del último emperador mexica a 500 años de su muerte

_ El director del Museo Nacional de Antropología, Antonio Saborit García Peña, ofreció una profunda reflexión sobre la figura de Cuauhtémoc en el ciclo de conferencias "Cuauhtémoc: a 500 años de su muerte", organizado por El Colegio Nacional. En su presentación, Saborit examinó la representación histórica y literaria del último tlatoani de México-Tenochtitlan a través de los escritos de William Prescott, Carlos María de Bustamante y Robert Charles Sanz, quienes, a lo largo del siglo XIX, contribuyeron a construir la imagen de Cuauhtémoc como un "héroe primigenio".

William Prescott, en su influyente obra "Historia de la conquista de México" (1843), perfiló a Cuauhtémoc como un líder valiente y trágico, destacando su lucha heroica contra las fuerzas españolas y aliadas que amenazaban con destruir la capital mexica. Prescott enfatizó las dificultades que enfrentó Cuauhtémoc al ascender al trono en un momento crítico, reconociendo la "intrépida resolución" con la que defendió Tenochtitlan hasta su completa devastación. Según Saborit, Prescott fue crucial para rechazar las acusaciones de conspirador contra Cuauhtémoc, presentando su ejecución a manos de Hernán Cortés como una injusticia reprobable.

El análisis de Saborit también abarcó la obra del anticuario Carlos María de Bustamante, quien dos décadas antes de Prescott ya había comenzado la reivindicación de Cuauhtémoc en su narrativa sobre los emperadores mexicas. Bustamante interpretó la muerte de Cuauhtémoc como parte de un destino inevitable, vinculando su sacrificio con la futura independencia de México. Esta interpretación, aunque panegírica, fue fundamental para cimentar la imagen del tlatoani como un mártir y símbolo de resistencia.

Por otro lado, Saborit mencionó a Robert Charles Sanz, quien, en un ensayo incluido en la "Historia de México" (1828), describió la muerte de Cuauhtémoc con un tono de lamento y resignación. Sanz justificó las acciones de Cortés desde una perspectiva histórica distante, pero reconoció que, incluso siglos después, la ejecución del último emperador mexica sigue siendo una tragedia que conmueve profundamente. Esta visión, según Saborit, contribuyó a elevar a Cuauhtémoc a la "simbólica condición del último de su raza", transformando su derrota en un símbolo de dignidad y resistencia.

Finalmente, Saborit concluyó que, aunque las representaciones de Cuauhtémoc por parte de Bustamante y Sanz difieren en sus enfoques, ambas contribuyeron a consolidar su figura como un emblema nacional. Mientras Bustamante lo asocia con la libertad recuperada por la independencia, Sanz lo presenta como un monarca que encuentra su grandeza en la adversidad. A través de estas interpretaciones, Cuauhtémoc ha perdurado como un ícono cultural que sigue resonando 500 años después de su muerte.

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