_ Aunque la Ciudad de México rara vez registra nevadas por su localización geográfica y altitud, el invierno ofrece la oportunidad perfecta para viajar y descubrir regiones del país donde el frío sí se transforma en paisajes blancos. En diversas sierras, montañas y bosques del territorio nacional, la nieve crea escenarios invernales dignos de película, ideales para recorrer en pareja, con la familia o simplemente disfrutar en tranquilidad.
Durante la temporada vacacional de diciembre, miles de visitantes eligen salir de la capital para vivir esta experiencia. Si bien destinos como Arteaga, el Nevado de Toluca o la Sierra Tarahumara son ampliamente reconocidos, existen rincones menos conocidos que ofrecen vistas espectaculares y una atmósfera navideña incomparable. Por ello, compartimos una lista de lugares recomendados por herramientas de inteligencia artificial donde las nevadas son frecuentes y los entornos naturales resultan sorprendentes.
Mexiquillo, en Durango, es una de las joyas poco exploradas del invierno mexicano. Su Jardín de Piedra, compuesto por formaciones rocosas volcánicas, luce aún más impresionante bajo el blanco de la nieve y las cascadas parcialmente congeladas. Caminar por antiguos túneles ferroviarios convierte la visita en una experiencia inmersiva entre naturaleza, historia y silencio. Con temperaturas bajas entre diciembre y enero, la probabilidad de encontrar el bosque nevado es alta.
Otro destino imperdible es Sombrerete, Zacatecas, especialmente cuando los frentes fríos cubren de nieve sus construcciones coloniales. A pocos kilómetros se encuentra la Sierra de Órganos, un parque nacional donde enormes columnas de roca emergen del paisaje. Cuando la nieve cae, la combinación de tonos ocres, blancos y grises crea una postal que parece sacada de un set cinematográfico. Incluso sin nevada, la neblina y el clima frío aportan un ambiente invernal de gran atractivo.
Para quienes buscan comodidad sin sacrificar el ambiente alpino, Arteaga, en Coahuila, ofrece la infraestructura más sólida para disfrutar la temporada. En Monterreal y Mesa de las Tablas se localizan cabañas privadas entre bosques densos de pinos, ideales para descansar junto a la chimenea. Aquí se ubica también el único centro de esquí del país, que complementa las nevadas naturales con nieve artificial cuando es necesario. Su altitud y microclima hacen que los amaneceres blancos sean comunes durante diciembre y enero.
Estos destinos muestran la diversidad del invierno mexicano y recuerdan que, aunque en la capital no caiga nieve, el país guarda escenarios capaces de sorprender a quienes buscan vivir esta temporada de manera diferente.
