_ El candidato presidencial republicano Donald Trump ha lanzado una audaz promesa para resolver las crisis internacionales y restaurar el prestigio de Estados Unidos en el ámbito global. Durante su discurso en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, Trump aseguró que podría “detener las guerras con una llamada telefónica”, pintando un sombrío panorama sobre el estado actual del mundo bajo la presidencia de Joe Biden. Trump describió el planeta como “al borde de la Tercera Guerra Mundial”, destacando su intención de restaurar la paz y el respeto global hacia EE.UU.
Trump criticó duramente la gestión de Biden, responsabilizándolo de los conflictos internacionales actuales, incluidos aquellos cuyas raíces se extienden más allá de la administración demócrata. En su discurso, afirmó que bajo su liderazgo, Estados Unidos volvería a ser respetado y que “ninguna nación cuestionará nuestro poder”. Además, prometió que las fronteras del país estarían “totalmente seguras” y que resolvería la crisis internacional, incluida la guerra entre Rusia y Ucrania.
En su plan, Trump se comprometió a liberar a los estadounidenses retenidos en el extranjero y advirtió a las naciones que mantienen a estos rehenes que enfrentarán un “precio muy alto” si no los devuelven antes de que él asuma el cargo. También presentó la intención de construir una versión del sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro de Israel para EE.UU., aunque este sistema está diseñado para amenazas de corto alcance, mientras que EE.UU. enfrenta posibles amenazas de misiles intercontinentales.
Trump también mencionó su relación con el líder norcoreano Kim Jong Un, sugiriendo que el dirigente de Corea del Norte preferiría verlo regresar a la presidencia. Aseguró que Kim Jong Un “me extraña” y que su regreso a la Casa Blanca sería bien recibido por el líder norcoreano.
Finalmente, Trump argumentó que para lograr un futuro mejor, es esencial rescatar a la nación de un “liderazgo fallido e incluso incompetente”, refiriéndose a la administración actual y prometiendo una transformación radical en la política exterior estadounidense si es reelegido.