Tras el intento fallido de cientos de migrantes centroamericanos de cruzar la frontera a como diera lugar, 300 policías federales aterrizaron este lunes en Tijuana.
Los efectivos federales llegaron y se apropiaron del principal acceso al albergue, el mismo por donde ayer salió una marcha que no pudo sostener la promesa de ser pacífica.
Aproximadamente 500 migrantes salieron del albergue en el que estaban, para manifestarse frente a la garita peatonal de El Chaparral, en los límites de Tijuana y San Diego. Policías federales les impidieron el paso al lugar durante 40 minutos, pero el cerco estaba a punto de caer.
La policía federal bloqueó el Puente que lleva a la garita pero no las calles laterales y por ahí comenzó la fuga. Los antimotines trataron de contener la marcha, detenerla, pero fueron superados fácilmente en número. Los migrantes cruzaron avenidas, subieron un bordo, atravesaron el río Tijuana y brincaron a la zona comercial de la garita. Hombres, niños, mujeres, todos con la idea de cumplir el sueño americano.
Sin embargo, fueron detenidos por la patrulla fronteriza, que disparó bombas de goma para contener a la multitud, que tuvo otra más que regresar.
Ante la situación, el gobierno de Estados Unidos cerró por 6 horas la frontera más transitada del mundo.