En el marco del Día Mundial de la Alergia 2025, la Secretaría de Salud alertó sobre el aumento de reacciones alérgicas graves como la anafilaxia, e hizo un llamado a la población para fortalecer las medidas de prevención. El jefe del Servicio de Alergias del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, Guillermo Velázquez Sámano, explicó que una alergia es una respuesta inmunológica desproporcionada ante estímulos que normalmente no causan daño, y puede ser peligrosa si no se controla adecuadamente.
Entre los factores que comúnmente desencadenan alergias se encuentran los ácaros del polvo, el epitelio de mascotas, algunos alimentos, polen, medicamentos, cosméticos, metales pesados y picaduras de insectos. El especialista subrayó que estas sustancias, conocidas como alérgenos, afectan especialmente a personas con predisposición genética, quienes pueden desarrollar cuadros como conjuntivitis alérgica, rinitis, asma bronquial o dermatitis atópica.
Velázquez Sámano enfatizó que las alergias no se curan, pero pueden controlarse si se evita el contacto con el agente alergénico y se sigue el tratamiento médico de forma disciplinada. En el caso de niños con alergias alimentarias, señaló que es posible que los síntomas desaparezcan con el tiempo, siempre que se mantenga un buen control clínico. También destacó la importancia del diagnóstico a través de pruebas específicas que detectan anticuerpos tipo IgE y estudios cutáneos confirmatorios.
Uno de los puntos más importantes abordados durante esta jornada fue la anafilaxia, una reacción alérgica extrema que puede desencadenar una falla orgánica múltiple y provocar la muerte en pocos minutos. Por ello, el lema de este año, “Anafilaxia: una amenaza prevenible”, busca crear conciencia sobre la gravedad de este padecimiento y la necesidad de estar preparados ante una emergencia.
Finalmente, el especialista indicó que en el Hospital General de México se capacita a los pacientes en el uso de su tratamiento de emergencia y se les recomienda llevar siempre un botiquín con los medicamentos necesarios. Esta medida puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte ante una crisis alérgica severa.