El Congreso de la Ciudad de México aprobó por unanimidad una reforma al Código Penal que tipifica como delito autónomo los llamados "pinchazos" en espacios públicos, en particular en el Metro. Con 58 votos a favor y ninguno en contra, se estableció una pena de dos a cinco años de prisión para quien introduzca, sin consentimiento, un objeto punzocortante con la intención de administrar sustancias en el cuerpo de otra persona.
La pena podrá aumentar hasta en una mitad —es decir, hasta 7.5 años de cárcel— si se utilizan sustancias psicoactivas, narcóticas, psicotrópicas o tóxicas; si se pone en peligro la vida o salud de la víctima; o si esta pertenece a un grupo vulnerable como mujeres, menores de edad, adultos mayores o personas con discapacidad. También se agrava cuando se comete en transporte público, por más de una persona o con la intención de cometer otros delitos.
La iniciativa fue presentada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, y tiene como objetivo dar respuesta a un fenómeno creciente en la capital: las denuncias por agresiones en el Metro y otros espacios públicos, donde víctimas han reportado mareos, confusión o desorientación tras sufrir un pinchazo oculto. Esta conducta se conoce como sumisión química por pinchazo.
El diputado Alberto Martínez Urincho, de Morena, explicó que hasta ahora esta modalidad de agresión no estaba contemplada de forma específica en el marco legal, lo cual dificultaba su castigo. La reforma ahora permite una respuesta más eficaz de las autoridades frente a esta amenaza a la integridad y autonomía de las personas.
Se añade así el artículo 141 Quáter al Código Penal del Distrito Federal, dentro del nuevo Capítulo III Ter sobre la administración subrepticia de sustancias, incorporado al título de delitos contra la vida, integridad corporal y acceso a una vida libre de violencia. La reforma ya fue turnada a la jefa de Gobierno para su publicación y entrada en vigor.