El presidente de Rusia, Vladimir Putin, encabezó este viernes la conmemoración del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, en un majestuoso desfile militar celebrado en la Plaza Roja de Moscú. Acompañado por su homólogo chino, Xi Jinping, el mandatario ruso reafirmó su postura contra el nazismo y resaltó la alianza estratégica con China, en un acto que también buscó enviar un mensaje de unidad y fortaleza frente a Occidente.
Durante su intervención, Putin aseguró que Rusia continuará combatiendo lo que denominó nuevas expresiones del nazismo, haciendo una referencia directa a Ucrania. “Rusia fue y será una barrera infranqueable para el nazismo, la rusofobia y el antisemitismo”, declaró el presidente ruso desde la tribuna frente al Mausoleo de Lenin.
La parada militar incluyó la participación de más de 130 vehículos bélicos, entre ellos los históricos tanques T-34 y artillería SU-100, junto con modernos misiles intercontinentales Yars y drones de combate como los Gueran-2 y Lantset. Por primera vez, también desfilaron drones utilizados en el conflicto actual con Ucrania, destacando la evolución tecnológica de las fuerzas armadas rusas.
El acto reunió a una treintena de mandatarios, entre ellos líderes latinoamericanos como Luiz Inácio Lula da Silva, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, así como figuras autoritarias de Asia y África. Solo un líder occidental, el primer ministro eslovaco Robert Fico, asistió al evento, evidenciando el aislamiento diplomático de Rusia frente a Europa Occidental y Estados Unidos.
Putin también rindió tributo al sacrificio del Ejército Rojo y a los países aliados en la Segunda Guerra Mundial, recordando que la victoria solo fue posible gracias a los esfuerzos conjuntos. Con este acto, el Kremlin no solo conmemora una fecha histórica, sino que reafirma su narrativa geopolítica actual y su alianza con China, mientras continúa su ofensiva en Ucrania.