El pasado 30 de noviembre, cerca de 2,000 personas se dieron cita en la capital poblana para disfrutar de una experiencia única en el evento Sinfonía Vapor, organizado por el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM). Este evento, que celebra su vigésima edición, se caracteriza por la fusión del legado ferroviario y la música en un homenaje vibrante a la historia de los trenes en México. La Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla (OSEP) y la Banda Sinfónica Municipal se unieron para recrear la composición histórica de Melesio Morales, escrita en 1869, capturando la atención de los asistentes y llevándolos a un viaje sonoro inolvidable.
La directora del MNFM, Teresa Márquez Martínez, explicó cómo surgió el proyecto. “Reviviendo Sinfonía Vapor , buscamos respetar cada intervención de la locomotora, tal como lo indica la partitura original”. Esta idea se gesta tras una exitosa exposición que celebró los 130 años de la estación de ferrocarriles de Puebla, destacando la importancia de combinar música y ferrocarril. Este enfoque ha permitido que el evento se mantenga relevante y atractivo a lo largo de las dos últimas décadas.
El concierto comenzó con un Popurrí Revolucionario interpretado por la Banda Sinfónica Municipal, que mostró la energía presente en el ambiente. Luego, la OSEP interpretó obras como Música para charlar de Silvestre Revueltas, gracias a la investigación de Guillermo Contreras, quien recreó los sonidos del ferrocarril de acuerdo a la partitura original. Una de las innovaciones de este año fue la interpretación de Las Cuatro Estaciones de Arturo Márquez, escrita especialmente para el evento, contribuyendo al repertorio ferroviario.
A medida que avanzaba la jornada, las piezas musicales se sucedieron con detalles cautivadores. La obra Máquina Férrea de Leonardo Coral y Tren 503 de Ryszard Siwy, ambos homenajeando la tradición ferroviaria, continuaron con la energía acumulada en el evento. Finalmente, el clímax del concierto llegó con la interpretación de Sinfonía Vapor , donde la locomotora OdeM2, construida en 1942, tomó vida al ritmo de la música, emitiendo su silbido característica y creando una atmósfera llena de emoción y nostalgia.
La asistencia cercana a 2,000 personas testiguó la popularidad de Sinfonía Vapor y su evolución a lo largo de los años. Teresa Márquez concluyó: “Estos conciertos son un legado vivo que celebra nuestra historia ferroviaria y cultural, convirtiéndose en una tradición esperada por la gente de Puebla y más allá”. Sinfonía Vapor no solo evocó el sonido de las locomotoras, sino que también recordó a todos los presentes la rica historia cultural de México.