El sueño profundo no solo restaura energías, sino que también cumple una función vital: eliminar los residuos acumulados en el cerebro durante la vigilia. Un estudio reciente, publicado en Cell Press, ha revelado cómo este proceso es esencial para mantener la salud cerebral y podría ser clave para prevenir trastornos neurológicos como el Alzheimer.
Los investigadores identificaron al sistema glinfático como el encargado de este proceso. Este sistema, que circula líquidos por el cerebro y la médula espinal, elimina proteínas tóxicas relacionadas con enfermedades neurodegenerativas. En ratones, se descubrió que la molécula norepinefrina, liberada en pequeñas oleadas durante el sueño profundo, es crucial para este mecanismo.
Durante el sueño profundo, la norepinefrina contrae los vasos sanguíneos de forma rítmica, generando un flujo que arrastra los desechos. Este hallazgo fue comparado por Maiken Nedergaard, líder del estudio, con "encender un lavavajillas antes de dormir y despertar con el cerebro limpio". Sin embargo, los investigadores observaron que el uso de somníferos como zolpidem puede alterar este proceso, disminuyendo la eliminación de residuos en un 30 %.
El estudio también sugiere que los hallazgos podrían aplicarse a los humanos, quienes también poseen un sistema glinfático. Comprender cómo promover un sueño natural y reparador puede ofrecer nuevas herramientas para prevenir el deterioro cognitivo y trastornos neurológicos.
Este avance subraya la importancia de priorizar la calidad del sueño y cuestiona el uso indiscriminado de medicamentos para dormir. Como concluye Nedergaard, "ahora que sabemos cómo la norepinefrina impulsa la limpieza cerebral, podemos buscar formas de garantizar que las personas tengan un sueño saludable y prolongado".