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El presidente Andrés Manuel López Obrador, inauguró este miércoles el nuevo Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en el Parque Fundidora de Monterrey, Nuevo León, y contó anécdotas de su infancia como jugador de ese deporte al que calificó como “su pasión”.
“Yo jugué beisbol con los grandes de mi pueblo, siendo todavía estudiante de primaria. Y en secundaria era prospecto para Grandes Ligas. Así como me ven”, dijo el mandatario ante empresarios y peloteros.
Al evento también acudió el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, y el empresario Alfredo Harp Helú, para quien el mandatario pidió una ovación por impulsar el proyecto del Salón de la Fama y al beisbol en general.
Por su parte, el empresario se comprometió ante el presidente a remodelar el estadio de Guasave, Sinaloa, y devolver el beisbol a esa ciudad. Los Algodoneros de Guasave formaron parte de la Liga Mexicana del Pacífico hasta 2014, cuando la franquicia fue vendida y se convirtió en los Charros de Jalisco, actual campeón.
El mandatario indicó que se van a crear escuelas de esta disciplina y formación de maestros de Educación Física. La intención, dijo, es formar un semillero de jugadores profesionales y que, quienes no “den el ancho”, salgan con el oficio de maestro de Educación Física y puedan desenvolverse en el mundo laboral.
Para eso, señaló, se nombrará a un comisionado que será Edgar González, hermano del pelotero profesional Adrián González, quien ha jugado para equipos de la Major League Baseball (MLB) como los Dodgers de LA, los Padres de San Diego y los Medias Rojas de Boston.
Posteriormente, Harp Helú agradeció al presidente y al gobernador de Nuevo León por el apoyo para la edificación del Salón de la Fama, al que calificó como un “templo del deporte”.
“Me comprometí a edificarlo en 2013 cuando se llevó a cabo el Juego de Estrellas en Oaxaca, y el gobernador me ofreció las facilidades necesarias para hacerlo en el glorioso Parque Fundidora”, dijo.
El nuevo Salón de la Fama del Beisbol Mexicano se edificó en un área de 8 mil metros cuadrados y tiene capacidad para albergar a los más de 190 inducidos del recinto anterior. El primer Salón de la Fama abrió sus puertas el 10 de marzo de 1973, también en Monterrey.
Harp Helú señaló también que el nuevo proyecto fue diseñado por el arquitecto Daniel López Salgado y por la constructora Maiz-Mier, propiedad de José “Pepe” Maiz, quien también es propietario de los Sultanes de Monterrey.
“Pepe” Maiz formó parte de la hazaña de los Industriales de Monterrey en 1957, un equipo infantil de la ciudad neolonesa que ganó la Serie Mundial de Ligas Pequeñas de Williamsport, Pensilvania.
Esa fue la primera ocasión en que un equipo no estadounidense logró ese título.
