_ Moderados por Eduardo Vázquez Martín, realizadores del libro Codex: Una aproximación al grafiti de la Ciudad de México, reflexionaron sobre una de las prácticas artísticas urbanas más recurrentes en las últimas décadas
Coeditada en 2015 por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Secretaría de Cultura federal y Editorial Turner, la publicación reúne 21 voces de figuras del medio grafitero como Joker, Peste y Humo
Los objetivos del libro Codex: Una aproximación al grafiti de la Ciudad de México a€”coeditado en 2015 por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Secretaría de Cultura federal y Editorial Turnera€” son, por una parte, dar nombre y rostro a los creadores del grafiti; por otra, indagar sobre el origen, la historia y las complejas relaciones socioculturales que envuelven esta constante práctica artística urbana, la cual surgió de manera underground en el país en la década de los ochenta.
Así lo comentó el coautor de la publicación, Sergio Raúl Arroyo, durante la presentación del libro realizada la tarde del martes en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente, a la cual también asistieron Thais Herrera, editora de Turner; Humo, diseñador de la portada y legendario exponente del grafiti enel país, además del Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín.
Vázquez Martín calificó a Codex como una provocación en cuanto al tema del grafiti se refiere. a€œEs notable cómo un tema que siempre se discute de manera fragmentaria, inconclusa, casi nunca de manera sistemática y casi siempre desde el prejuicio en favor o en contra, haya tenido por parte de sus autores la paciencia y el interés de abordarlo de manera profunda; de verlo como un fenómeno del arte, de la cultura, de la historia social y de la construcción de la vida urbana que nos involucra a todosa€, subrayó.
Thais Herrera, editora del libro (en representación de Santiago Fernández de Caleya, director de Editorial Turner), habló sobre el proceso de trabajo para plasmar la idea del arte y la cultura del grafiti en el texto. Entre otras cuestiones, hubo una documentación escrita que combina una exhaustiva investigación de fuentes bibliográficas, así como testimonios de 21 figuras del entorno grafitero tanto de la Ciudad de México como de Guadalajara, Tijuana y Monterrey.
Entre otros, se pueden leer entrevistas con Peste, Sr. Niuk, Trash, Joker y el propio Humo (protagonista en esta publicación al diseñar la portada, proporcionar fotografías y contactos del medio grafitero), quienes dan voz al proyecto y generan el vínculo con los lectores, ampliando el aprendizaje sobre esta expresión artística única en la contemporaneidad de las grandes urbes como la Ciudad de México y Nueva York.
Un testimonio
a€œMi nombre es Humo y mi problema es el grafitia€, fueron las palabras con las que el diseñador originario del municipio de Nezahualcóyotlcomenzó a platicar, siempre de forma directa, sobre por qué y para qué desde hace más de 25 años se dedica a pintar las calles del oriente de la Ciudad. a€œEl grafiti es nuestro autorretrato y nuestras emociones. Es una manera de protesta sin temática definida. Es poner tu nombre a algo que te molesta o agrada. La intención del grafiti es incomodar o agradar, pero generar algo en la cabeza del otroa€, compartió.
Para el icónico exponente del grafiti mexicano, lo mismo da si se hace grafiti de manera a€œlegal o ilegala€, respondió a una de las inquietudes manifestadas por el público asistente al evento. El punto es mantener viva la práctica, generar un espacio y un tiempo donde pueda convivir más a€œbandaa€, dijo. a€œEl libro ayuda a entender mejor que merece respeto nuestro esfuerzo en las callesa€.
De los problemas y las condiciones específicas del grafiti también habló Sergio Raúl Arroyo, quien junto a su hijo Daniel Arroyo trabajó las entrevistas y los textos teóricos contenidos en el volumen. Presentado por Vázquez Martín como un experto que lo mismo describe minuciosamente un Velázquez que un grafiti, Sergio Raúl Arroyo describió el umbral que abarca la reflexión en torno al tema y la perspectiva en nuestra sociedad.
El Doctor en Arte y Antropología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aseguró que el grafiti ha sido documentado de manera descriptiva en otros trabajos, pero Codex teoriza sobre los motivos por los que alguien sale y hace un grafiti. De tal manera que, sobre todo en el trabajo de campo, Arroyo descubrió que esta práctica de origen milenario es una de las formas de comunicación alternativas entre sujetos no reconocidos en la sociedad.
Otra afirmación que hizo ante el variado público de Faro de Oriente fue que los grafiteros y sus crews no siempre se constituyen como artistas, pero sí como una comunidad con códigos propios (códigos de territorio, de pensamiento y de respeto al ganarse un espacio en la calle); viven de la autonomía y fuera de la institucionalidad; es una forma de burlar todo aquello considerado funcional; sobre todo, sucede en la ilegalidad y no trata de aleccionar a nadie.
En ese sentido, la perspectiva del libro está puesta en el origen del grafiti contemporáneo, en los grupos emergentes no representados por la comunicación masiva ni por discursos oficiales; asume su poca durabilidad en las calles (muchos de los diseños contenidos en las fotografías del libro ya no existen), el uso arbitrario de las grafías y el espacio público, su no compatibilidad con la alta cultura y la constante referencia a lo popular.
Finalmente, los asistentes a la presentación se mostraron muy interesados por intercambiar opiniones y preguntas relacionadas al ejercicio del grafiti en esta zona de la ciudad, y cien recibieron un ejemplar del libro Codex: una aproximación al grafiti de la Ciudad de México, pues como dijo el Secretario de Cultura local, Eduardo Vázquez, qué mejor que presentar el libro en un Faro que tiene su propia historia tatuada en varios de sus muros: el Faro de Oriente.
