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El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau solicitó al Papa Francisco disculparse con los niños aborígenes de su país.
La petición argumenta que en el siglo XIX, aproximadamente un 30% de los niños aborígenes fueron puestos en lo que se conocía como “escuelas residenciales” en un intento del gobierno por despojarlos de su cultura tradicional y lenguas ancestrales.
Dichas escuelas fueron financiadas por el Gobierno por más de un siglo, pero la mayoría eran administradas por iglesias cristianas, la mayoría por iglesias católicas romanas.
Ante esto, Trudeau remarcó también que tomar responsabilidad de “errores en el pasado y pedir perdón”.
