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La noche de ayer, la oficialista Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela retiró la inmunidad parlamentaria al líder opositor y jefe del Congreso, Juan Guaidó, lo que le abre el camino a las autoridades para enjuiciarlo y detenerlo.
Al grito de “¡eso es justicia, justicia popular!” los chavistas aprobaron el retiro del fuero a Guaidó por solicitud del Tribunal Supremo de Justicia, que la víspera anunció que lo procesaría por desacatar en febrero una decisión que le prohibía salir del país.
Luego de un largo debate, el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, anunció la aprobación de un decreto constituyente que autorizó el retiro de la inmunidad al jefe del Congreso para proseguir una investigación penal en su contra.
Ahora, sin ningún tipo de protección constitucional, el autoproclamado presidente interino, de 35 años, puede ser juzgado y enfrentar una eventual detención, lo que dejaría a la oposición sin su principal figura y motor de las recientes protestas antigubernamentales que han exacerbado las tensiones contra Nicolás Maduro en el inicio de su segundo sexenio.
Mientras que, miles de venezolanos atravesaron las barreras de seguridad instaladas por la Guardia Nacional Bolivariana sobre el puente internacional Simón Bolívar y llegaron a Colombia en busca de medicinas y alimentos ante la escasez de suministros en la nación petrolera. Los inmigrantes rompieron el bloqueo de las autoridades venezolanas que instalaron contenedores.
