Los matices de la Conquista - NTCD Noticias
Martes 16 de abril de 2024

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Los matices de la Conquista

Los matices de la Conquista

Los matices de la Conquista

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Los matices de la Conquista, desde la historia, en el Coloquio “500 años del desembarco de Hernán Cortés”.

El encuentro se lleva a cabo en el Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM. Foto: Mauricio Marat, INAH.

El encuentro inició en el IIFL de la UNAM, mientras el miércoles 8 y jueves 9 de mayo, tendrá lugar en la DEH del INAH.

Ambas instituciones organizaron esta actividad para dar una visión de conjunto que ponga a los actores de esos hechos, como hombres y mujeres de su tiempo.


Vencedores y vencidos, españoles e indígenas, se vuelven categorías que poco abonan a comprender el complejo proceso de la Conquista; para dar una visión de conjunto que ponga a los actores de esos hechos como hombres y mujeres de su tiempo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han organizado el Coloquio “500 años del desembarco de Hernán Cortés, 1519-2019”.

El encuentro inició este 6 de mayo en el Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la Máxima Casa de Estudios, mientras el miércoles 8 y jueves 9 tendrá lugar en la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del INAH (calle Allende N° 172, Tlalpan centro), con una amplia participación de especialistas de ambas instituciones.

Mario Humberto Ruz y María Eugenia del Valle Prieto, directores respectivamente del IIFL y de la DEH, inauguraron esta actividad que congrega a cerca de 40 conferencistas entre historiadores, etnohistoriadores, filólogos, arqueólogos y geógrafos, entre ellos, reconocidos expertos como George Lovell, de la Universidad de Queen, en Canadá, quien abordará los aspectos de su libro Atemorizar la tierra: Pedro de Alvarado y la Conquista de Guatemala. 1520-1541, así como María del Carmen Martínez, de la Universidad de Valladolid, quien este primer día trató las redes epistolares de Hernán Cortés.

Para dar contexto, el coloquio comenzó en voz de la doctora Ascensión Hernández Triviño en torno a La figura de Hernán Cortés y la geopolítica del Renacimiento. La historiadora habló de las vidas paralelas del conquistador y de Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, ambos —dijo—reconfiguraron el mapa mundial de su época.

Destacó que a la corta edad de 19 años, el hijo de Juana la Loca y Felipe “El Hermoso”, heredó cuatro enormes reinos: el Ducado de Borgoña, el imperio alemán, el catalán-aragonés y el de Castilla. En un periodo en el que el poder papal mermaba y era desplazado por el de la monarquía universal. Carlos V estaba destinado a gobernar un territorio tan amplio, a uno y otro lado de los océanos, donde como él mismo expresó: “nunca se ponía el sol”.

Cortés dejó manifiesto en sus Cartas de Relación, la importancia que tendrían las nuevas tierras conquistadas, para reafirmar el poder de su monarca ante otras potencias como sus vecinas Francia y Portugal, la cual dominaba la ruta de “La especiería”. Mientras las colonias españolas cobraban su propio peso en la geopolítica mundial, el gran imperio de Carlos V también viraba su propio mando en Europa, hacia Castilla.

Para los coordinadores del coloquio José Manuel Chávez y Aurora Díez-Canedo, del INAH y de la UNAM, respectivamente, estos cuatro días de ponencias contribuirán a poner sobre la mesa las dos caras de la moneda y entender lo que sucedía en uno y otro lado del Atlántico. Tanto en la península Ibérica como en Mesoamérica, había un crisol de culturas y, hasta cierto punto, una identidad mestiza que, en el caso de la primera, se vio influenciada por lo casi ocho siglos de presencia musulmana.

El propio Cortés es el vivo ejemplo de ese primer mestizaje que se dio en España, refiere Chávez: “Aunque ha permeado la idea de que España se quedó estancada en el Medievo, Hernán Cortés es muestra del hombre del Renacimiento, conocía obras latinas, era un estratega en cuanto a relaciones político-jurídicas (las que sabrá utilizar en el momento indicado); pero también incorporó el conocimiento indígena, su bagaje sobre el territorio y la naturaleza de ese Nuevo Mundo”.

El profesor e investigador de la DEH, indica que Cortés consideraba que el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, no tenía capacidad política para entender lo que sucedía en tierra firme y decidió independizarse de su tutela con una artimaña jurídica que sería la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz, declarándose así representante de la Corona. Su propósito sería dar más tierras al recién consolidado reino español, en ese sentido,“fue un patriota”. “Todo lo haría en nombre del emperador Carlos V o Carlos I de España.

“Cuando hablamos del desembarco de Hernán Cortés, que era la tercera expedición en tierra firme, hacemos referencia a la flota que le acompañaba: once navíos. Traía consigo a gente experta en el manejo de las armas, de la cartografía, en la exploración previa de la costa como Antón de Alaminos, y todos ellos de orígenes diversos: catalanes, vascos, asturianos, así que algunos ni siquiera hablaban el castellano; se añadían negros e indios tainos de las Antillas que ya habían sido sometidos, e incluso un indígena maya que había llegado con la primera expedición de Francisco Hernández de Córdoba.

“Obviamente la costa de tierra firme tampoco estaba despoblada. El hallazgo de Jerónimo de Aguilar en Quintana Roo, le permitió a Cortés comunicarse con los mayas de la península de Yucatán; posteriormente, en Tabasco, le obsequiarían a un grupo de mujeres, entre las que se encontraba Malintzin, quien hablaba chontal y nahua, y también el maya peninsular. Esta cadena de interpretación: indígenas-Malintzin - Jerónimo de Aguilar – Cortés, se mantendría hasta llegar a Tenochtitlan”, explica José Manuel Chávez.

El investigador del INAH comenta que lo anterior habla del multiculturalismo del gran suceso llamado “Conquista”. En el trayecto de Tabasco a la Cuenca de México, con el decisivo paso por Veracruz, Cortés fue sumando —de forma pacífica y con escaramuzas— a diversos grupos, caso de los tlaxcaltecas, que a la postre serían parte del ejército de élite que ayudaría a las expediciones de territorios más alejados, como el septentrión mesoamericano. “Entonces, estamos hablando de un ejército confederado, multiétnico”.

De acuerdo con José Manuel Chávez y Aurora Díez-Canedo, las fuentes principales siguen siendo las crónicas de militares y religiosos del siglo XVI, muchas localizadas en archivos españoles, como el Archivo General de Indias, en Sevilla. Entre ellas, las cinco Cartas de Relación de Cortés, conocidas, son un testimonio personal de la Conquista. Aunque se sabe que la primera carta permanece extraviada —de ahí que se considere como la búsqueda del Santo Grial—, el editor de dicha obra, Enrique de Vedia, la sustituyó por la Relación de la Justicia y Regimiento de la Rica Villa de Vera Cruz, dirigida a la reina doña Juana y al emperador Carlos V, fechada el 10 de julio de 1519.

Díez-Canedo, investigadora del IIFL y una de las coordinadoras del coloquio, señala que “a veces hay prejuicios para leer las fuentes, tendemos a pedirles información que difícilmente nos van a dar. Sin embargo, hay que situar como historiadores cuál es la perspectiva, la estrategia narrativa de los autores, por ejemplo, en las Cartas de Relación de Cortés, por qué nos va a decir una cosa en particular. Ya tenemos suficientes elementos de entrenamiento como lectores de fuentes del pasado para abordarlas, y seguimos encontrando aspectos que nos sorprenden”.

El coloquio “500 años del desembarco de Hernán Cortés, 1519-2019”, que se realiza de 10:00 a 17:00 horas, es una de las primeras actividades con miras a revisitar el proceso de Conquista, el cual tendría un punto culminante con la caída de México-Tenochtitlan, en 1521; no obstante, “desde las primeras batallas hay elementos para tomar en consideración, por ejemplo, el enfrentamiento en Centla, Tabasco; las relaciones entre los mayas y la gente Moctezuma, etcétera. Todo eso nos ayuda a ver cuál era el panorama a la llegada de Hernán Cortés, quien ya llevaba para ese entonces 15 años en las Antillas”, concluye Aurora Díez-Canedo.


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