_ La directora general del INAH, Teresa Franco, dijo que estos galardones reconocen la creatividad de los investigadores
En la trigésima edición se otorgaron premios por un monto total de 2 millones 560 mil pesos
Durante la trigésima entrega de los Premios INAH, la directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Teresa Franco, destacó que estos galardones reconocen la creatividad, la innovación, la generación de conocimiento y, sobre todo, el compromiso de quienes desde hace 30 años han realizado espléndidas investigaciones en los campos de la historia y la antropología.
a€œLos Premios INAH han evolucionado a la par con el desarrollo y las transformaciones nacionales e institucionales, hasta convertirse en un referente de la continua formación de los futuros investigadores, así como para alentarlos a proseguir en sus trayectoriasa€.
En la ceremonia, realizada en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología (MNA), se reconoció a 72 investigadores en las diversas disciplinas antropológicas, históricas, etnohistóricas, conservación y restauración del patrimonio cultural, entre quienes se repartió un monto de dos millones 560 mil pesos.
En el acto estuvieron presentes el secretario técnico del INAH, Diego Prieto; la representante del jurado, Isabel Medina; el representante de los premiados, Rodrigo Díaz, y Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología.
La titular del INAH recordó que el antecedente de estos galardones se remonta a 1969, cuando el doctor Ignacio Bernal era director del Instituto y determinó que se otorgara un reconocimiento a los mejores trabajos de investigación en antropología e historia realizados en México y en otras partes del mundo.
a€œEn aquel entonces el galardón llevó el nombre de Fray Bernardino de Sahagún para honrar la memoria del ilustre franciscano, considerado el precursor de las materias que nos ocupan. En aquella ocasión entre los ganadores se encontraba Enrique Florescano, quien obtuvo el premio con su tesis de doctorado en Historia por la Universidad de París; la ceremonia se realizó en 1970 y después se dejó de entregar por tres lustrosa€.
En 1985, el mismo Enrique Florescano dirigía el Instituto y restableció los Premios INAH, que fueron institucionalizados hasta llegar orgullosamente a este trigésimo aniversario de entregas ininterrumpidas.
La directora general del INAH mencionó que durante estas tres décadas se recibieron más de cinco mil trabajos a concurso, de los cuales mil 167 han sido acreedores a un reconocimiento; 822 con premio y 345 con menciones honoríficas.
a€œEs grato observar, por cuanto se refiere a equidad de género, que el 51 por ciento del total de premiados han sido mujeresa€.
En la distribución por instituciones de trabajos galardonados, la Universidad Nacional Autónoma de México está a la cabeza con 23.2%, le siguen la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM), que suman el 19.1%; la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) con el 7.8%, y la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) con el 4.7%.
Respecto a la edición 2015, se registró mayor número de investigaciones inscritas que en certámenes anteriores con un total de 381 trabajos, de los cuales 196 fueron elaborados por mujeres y 185 por hombres. En comparación con el año pasado se recibieron 60 trabajos más.
El Instituto convocó a investigadores expertos de 44 instituciones, de las cuales proceden los 143 jurados y los veinte coordinadores.
Las estadísticas en esta edición permiten medir el impacto de los Premios INAH a través de estas décadas; a€œsin embargo, nada se compara con el inmenso valor de cada una de las obras premiadas y de la labor incansable de sus autores por adentrarse en nuestras costumbres milenarias, en nuestras raíces más profundas para explorar cuanto atañe a nuestras identidades y a la diversidad de los procesos culturales que han dado origen al México que vivimosa€.
El secretario técnico del INAH, Diego Prieto, señaló que los premios tienen gran importancia porque acreditan el papel de vanguardia que el Instituto desarrolla en la antropología, la historia, la lingüística, la arquitectura, la restauración y la conservación. a€œQueremos reconocer que estos estímulos no solamente se otorgan a un grupo de profesionistas que han acreditado su talento y creatividad, sino que ustedes también premian al INAH con su desempeño, sus saberes y sus méritosa€.
Los Premios INAH son un reconocimiento a los precursores y maestros de los distintos quehaceres del INAH: Fray Bernardino de Sahagún, Juan Comas, Wigberto Jiménez Moreno, Francisco de la Maza, Paul Coremans, Francisco Javier Clavijero, que constituyen un paradigma, un ejemplo y una memoria que honran nuestras disciplinas y profesiones.
La directora general del INAH recordó que este año aumentó el monto de los galardones, de modo que el premio para la investigación se elevó a 140 mil pesos; para tesis de doctorado a 120 mil pesos; para tesis de maestría 100 mil pesos y para las mejores tesis de licenciatura 80 mil pesos. En total se repartieron 2 millones 560 mil pesos.
Para Isabel Medina, la selección de los galardonados no siempre es fácil: a€œCada galardón encarnó un debate en el cual se han desplegado una bandeja de saberes, criterios y opiniones. La academia es un espacio natural de intercambio y discusión epistemológica, pero no siempre es fácil construir acuerdos, pero aquí se logró en cada una de las ocho categorías y lo celebroa€.
Rodrigo Díaz Cruz resaltó que los 30 años de vida de los Premios INAH evidencian la riqueza de una institución que, siendo responsable de la preservación y difusión del patrimonio cultural de la nación, así como de hacer y promover la investigación sobre éste, forma parte de la riqueza de los mexicanos.
El premio Fray Bernardino de Sahagún, que reconoce la mejor investigación en Etnología y Antropología Social, fue para Rodrigo Díaz Cruz por su trabajo Los lugares de lo político, los desplazamientos del símbolo. Poder y simbolismo en la obra de Víctor W Turner.
En el Premio Alfonso Caso, los arqueólogos Francisco Sánchez Nava e Ivan Å prajc recibieron una mención honorífica por Orientaciones astronómicas en la arquitectura maya de las Tierras Bajas.
Mujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano, de María Teresa Fernández Aceves, ganó el Premio Francisco Javier Clavijero a la mejor investigación en el área de Historia y Etnohistoria.
Alfonso Valenzuela Aguilera obtuvo el Premio Francisco de la Maza, en el ámbito de la restauración y conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico, por su investigación Urbanistas y misionarios: la planeación de la Ciudad de México en la primera mitad del siglo XX.
Premio al mejor trabajo de Conservación de Bienes Muebles, Paul Coremans, fue para Renata Schneider Glantz, por su trabajo relativo a Conservación y restauración de los bienes muebles e inmuebles por destino del templo de Nuestra Señora de la Asunción de la comunidad xiA´ói de Santa María Acapulco, Santa Catarina, San Luis Potosí.
El Premio Miguel Covarrubias, al mejor trabajo de investigación en Museografía e Investigación de Museos, lo obtuvieron Rodrigo Antonio Vega y Ortega Báez, por su trabajo La naturaleza mexicana en el Museo Nacional.