_ El panel “Diálogos por la memoria” se llevó a cabo en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología
En el marco de los 80 años del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabajadores administrativos, manuales y técnicos de la institución, que pertenecieron a la ex D-III-24, Sección XI del SNTE, realizaron un conversatorio, en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología (MNA), el cual revisó la historia, los hitos y los retos actuales de dicho colectivo.
El panel “Diálogos por la memoria” contó con la participación de miembros de los comités ejecutivos de la ex D-III-24, Lydia Salazar, Pedro Quintino, Alberto Millán y Manuel Martínez, donde se habló de los primeros años de esta organización de trabajadores, surgida en los años 70, imbuida por el fuerte ambiente político que la juventud de entonces heredó de los movimientos estudiantiles y obreros de la década anterior.
Alberto Millán, quien ingresó al INAH en 1972, recordó cómo muchos de los que fueron sus profesores de bachillerato habían estado directamente involucrados en el movimiento estudiantil del 68, lo que formó en él un pensamiento de izquierda.
Ya dentro del instituto, añadió, se encontró un ambiente intenso que sumó a muchos trabajadores que pugnaron por un mejoramiento en sus condiciones laborales, en un año que coincidió con la promulgación de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Manuel Martínez y Lydia Salazar añadieron que fue también en esa época cuando la fuerza sindical del instituto, a la par que otras organizaciones de trabajadores en todo México, acogió a numerosos colegas, entre museógrafos, restauradores, académicos y trabajadores en general, quienes se refugiaron en el país como efecto de los alzamientos militares que acontecieron en América del Sur.
“Entonces existía una dinámica distinta con estructuras horizontales que se contraponían a la línea vertical emanada desde el Estado, y ese convencimiento ideológico no sólo se vivía dentro de la D-III-24, ya que no únicamente tuvimos la convicción de luchar por mejores condiciones de trabajo, sino que también realizamos trabajo político hacia afuera, el cual nunca implicó otro beneficio que no fuera el de extender la experiencia de nuestra organización”.
Alternando sus participaciones con una serie de cápsulas de video entrevistas a sus miembros, la mesa de diálogo concluyó con el planteamiento del reto de la unidad entre las distintas fuerzas trabajadoras del INAH.
