_ En un espacio completamente oscuro, 46 altavoces distribuidos con precisión permiten que el sonido se desplace por el aire, ascienda, caiga o se mueva bajo los pies del público. En esta atmósfera envolvente se presenta ēkhóMeta, la nueva obra de la compositora Malitzin Cortés, desarrollada en la Residencia Resonancias del CMMAS y The Anglo Foundation, y adaptada específicamente para el Sonidario, la primera sala ambisónica de quinto orden en América Latina. Con pulsos, destellos y texturas que recorren el recinto, la pieza inaugura una nueva etapa de creación in situ en este espacio del Complejo Cultural Los Pinos.
Durante la presentación, el director de la Fonoteca Nacional, Francisco Javier Rivas Mesa, destacó que el Sonidario reafirma su vocación como un laboratorio público dedicado a la escucha profunda. Subrayó que escuchar es un proceso cultural activo y que este recinto permite al público percibir la interacción entre sonido, memoria y espacio desde una sensibilidad renovada. ēkhóMeta, dijo, refleja el espíritu del proyecto: una invitación a descubrir el sonido como materia viva.
La obra nació como una composición acusmática para un entorno tridimensional, imaginada por Cortés como una partitura espacial donde audio y arquitectura dialogan. Su adaptación al Sonidario implicó un trabajo minucioso con el equipo técnico, ajustando distancias y recorridos sonoros para aprovechar la capacidad del sistema ambisónico. La compositora explicó que este formato le permitió diseñar movimientos cenitales, trayectorias verticales y texturas envolventes imposibles en un sistema octofónico tradicional.
La experiencia incluye un diseño de iluminación creado por Iván Abreu, pensado para acompañar sin invadir. Su propuesta utiliza pulsos y persistencias lumínicas que respiran al ritmo del sonido, reforzando la sensación inmersiva incluso con los ojos cerrados. La conjunción de luz y audio crea un ambiente que sugiere estructuras arquitectónicas hechas únicamente de vibraciones, desplazamientos y resonancias.
Con funciones regulares hasta febrero de 2026, ēkhóMeta consolida al Sonidario como un espacio pionero para la creación contemporánea y la experimentación sensorial. La entrada es libre, con un aforo máximo de 40 personas por sesión, y las funciones se realizan los viernes por la tarde y los fines de semana en horarios continuos. La programación puede consultarse en las redes sociales de la Fonoteca Nacional y en mexicoescultura.com.