_ Saludo mucho respeto la presencia del señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.
También saludo la presencia de su señora esposa Beatriz Gutiérrez Muller.
Me da mucho gusto que nos acompañe la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho; también es un honor que nos acompañe el presidente de la Cámara de Senadores, Oscar Eduardo Ramírez.
Muy especialmente también que nos acompañe el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Así también saludo a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México; al general secretario, al almirante secretario; al secretario de Seguridad Pública, también a mis compañeros, con mucho cariño, a mis compañeros de gabinete legal y ampliado que nos acompañan.
Saludo a todos los servidores públicos que nos están viendo y al público en general que nos acompañan vía internet.
Es un honor para mí estar con ustedes en esta ceremonia de entrega de la Condecoración Miguel Hidalgo.
El cálculo no hace al héroe decía un Cardenal y escritor inglés, John Neumann, y cuánta razón tenía, porque así, sin cálculo, sin reserva, jugándose la vida minuto a minuto, han actuado muchos servidores públicos del gobierno federal y muchas otras personas en distintos ámbitos en esta pandemia Covid-19.
En esta ocasión premiaremos a 58 personas, todas ellas del sector salud del gobierno federal con la máxima distinción que otorga el Estado mexicano a sus nacionales.
Lo haremos a propuesta y postulación de pacientes dados de alta de esta enfermedad, así como del personal de salud de diversas instituciones, lo que, sin duda, hace de este reconocimiento algo muy especial, pues ha sido concedido por colegas y pacientes que atestiguaron el actuar digno, profesional y entregado del personal de salud, quienes sin importar el tiempo, sus propias necesidades, aún a costa de su propia salud y arriesgando su vida derrocharon solidaridad y empatía en la atención profesional de la enfermedad.
Todas y todos son excelentes profesionales, pero sobre todo son mexicanos y mexicanas de excelencia.
La decisión de premiar, como dice la ley, méritos eminentes, conductas o trayectorias vitales ejemplares, así como relevantes servicios o actos heroicos prestados a la patria o la humanidad, es solamente un pequeño símbolo del enorme reconocimiento que les tenemos.
Celebramos su heroísmo, su solidaridad y valentía, su sentido del deber como profesionales de la salud, su actitud en la última línea de combate contra esta nueva enfermedad, y digo la última porque la prevención debería ser la primera.
Es decir, premiamos su intervención, su trabajo en la atención diaria de pacientes que sufren las consecuencias de la enfermedad en hospitales y centros de salud.
Las y los condecorados en grado Collar, son sin duda héroes y heroínas del siglo 21 en esta crisis sanitaria, la más grande y la más retadora en la historia reciente de la humanidad.
Por ello, la nación les reconoce su heroísmo y su compromiso, pues tal acto de autosacrificio y amor por el prójimo expresa de manera clara los valores que nuestro país ha enarbolado a lo largo de su historia, pero además representan los más altos ideales de esta Cuarta
Transformación de la vida pública de México, que se nutren de patriotismo y la entrega desinteresada de ciudadanas y ciudadanos heroicos.
Así pues, este año serán entregadas 58 Condecoraciones en Grado de Collar a médicos, médicas y personal de enfermería de los diferentes hospitales y centros de atención de instituciones como el IMSS, el ISSSTE, INSABI, Sedena, Semar y Pemex.
Me siento muy orgullosa como presidenta del Consejo que otorga esta condecoración, y como secretaria de Gobernación, de poder honrar a tan valerosas personas patriotas que hacen su trabajo de manera desinteresada y comprometida, y que han salvado muchas vidas durante esta hora difícil que vive nuestro país.
El espíritu solidario del pueblo de México nos ha rescatado de las mayores desgracias de nuestra historia.
Hemos perdido vidas, es cierto, pero también lo es que gracias a estas mujeres y hombres valientes se han logrado rescatar muchas, muchas otras.
El futuro es siempre incierto, pero estoy convencida de que, si ese futuro está en las manos de profesionales como los condecorados de hoy, entonces es un futuro por el que vale la pena luchar, porque es uno lleno de valores, de fraternidad, de honorabilidad y de una sociedad civil solidaria.
No hay héroe en soledad, solo el esfuerzo común genera actos heroicos.
Por eso no me queda más que agradecer, de nuevo, su presencia, felicitar nuevamente a las mujeres y hombres que hoy reciben la Condecoración Miguel Hidalgo en Grado de Collar, por ser hijas e hijos ejemplares de la patria, y por recordarnos que aún en la hora más obscura el esfuerzo tenaz alumbra la más espesa tenebra.
Enhorabuena y muchas gracias
