_ El Proyecto Integral Dzibanché, hermanado con el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), permitió intervenir tres conjuntos arquitectónicos y fortalecer la conservación del sitio arqueológico durante 17 meses. Bajo la dirección de la arqueóloga Sandra Balanzario Granados, del Centro INAH Quintana Roo, las acciones se concentraron en la exploración, restauración y conservación entre 2023 y 2024.
En el Grupo Principal se intervinieron los templos del Búho y de los Cormoranes, la Pequeña Acrópolis, la Plaza Pom y los Juegos de Pelota I y II. En el Conjunto Lamay se restauró parcialmente el Edificio de las Columnas. En el Conjunto Tutil se realizaron trabajos en los templos y basamentos de los edificios Tutil 1, 2, 3 y 5, así como en la plataforma Tutil 6. El proyecto integró además estudios etnográficos en las comunidades de Francisco Villa y Morocoy, análisis cerámicos y osteológicos, y un estudio geofísico con georradar.
Ubicada en el sur de Quintana Roo, Dzibanché es esencial para comprender el poder político de la dinastía Kaanu’l o 'Reyes Serpiente'. Las investigaciones han documentado que este sitio corresponde al antiguo Kaanu’l ('lugar donde abundan las serpientes'), sede del linaje más poderoso del área maya durante los siglos V y VI. Su nombre significa 'escritura en madera', derivado del hallazgo en 1927 por Thomas Gann de un dintel con inscripciones jeroglíficas únicas en su tipo en el Edificio E6.
En ese dintel se registra la entronización del gobernante Kalo’mte’ K’ahk’ Ti’ Ch’ich’, ocurrida el 19 de abril del año 550 d.C. Este señor, en alianza con Yajaw Te’ K’inich II de Caracol, derrotó a Tikal (Mutu’l) en 562 d.C., lo que derivó en el control político de su linaje hasta el año 726 d.C. El sitio abarca unos 65 km² organizados en cuatro conjuntos monumentales conectados por calzadas (sacbe'ob). Su ocupación va del Preclásico Tardío al Clásico Tardío (300 a.C.–900 d.C.). Las exploraciones también identificaron un estilo arquitectónico propio con pilastras pareadas e influencia teotihuacana. Los resultados son fruto de un trabajo interdisciplinario que involucró a especialistas y a 165 trabajadores locales.