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· Concluyeron la remoción de tres mil 800 metros cúbicos de escombros.
· Se trabajó con el máximo de seguridad, una vez terminados los estudios y cumplidos los protocolos de protección civil.
El jefe delegacional el Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo Román, informó que, este miércoles 27, con cinco días de anticipación a la fecha estimada, la Constructora REM terminó los trabajos de demolición del edificio localizado en Coquimbo 911, el cual se colapsó durante el sismo del 19 de septiembre pasado.
Los trabajadores que demolieron muros, trabes, losas y columnas del inmueble, agregó, terminaron de remover tres mil 800 metros cúbicos de escombros, luego de intensos trabajos, que iniciaron prácticamente a mano, sujetos a una línea de vida y en forma casi quirúrgica.
Las labores, recordó, se iniciaron el primer día de noviembre, una vez entregadas sus pertenencias más importantes a los habitantes de Coquimbo 909 y 911-A y de los departamentos de Coquimbo 911 que no se habían comprimido.
Desde el 23 de septiembre se instalaron puntales de acero en estos dos edificios, para prevenir cualquier riesgo de derrumbe, durante los trabajos de demolición.
Del día 26 al 30 de octubre, ingresaron vecinos afectados para retirar la mayor parte de sus pertenencias y las labores se iniciaron cuando estuvo aprobado el dictamen final, cumplidos los protocolos de seguridad y establecidas las rutas de retiro de escombro, sin afectar las estructuras de los inmuebles laterales.
Para la recuperación del mayor número de sus propiedades, se integraron equipos de tres vecinos damnificados, resguardados en todo momento por personal de Protección Civil. Inclusive pudieron ingresar con sus vehículos tan cerca como fue posible para garantizar su seguridad, con la instrucción de que podrían rescatar lo que pudieran, excepto objetos voluminosos.
Previamente, los trabajadores de la empresa REM, responsable de la demolición, retiraron el cableado de alta tensión que se encontraba alrededor del inmueble, repararon una fuga de agua en Coquimbo 911, tendieron el cableado para bombas de agua, con el fin de mantener húmedo el inmueble y evitar la dispersión de polvos a las zonas circunvecinas.
De este modo, los especialistas pasaron de los estudios y cálculos, a los hechos demoliendo desde la parte superior, hasta llegar al tercer nivel, para a partir de ahí hacer uso de maquinaria pesada.
Así, el 1 de noviembre, con la declaratoria de Coquimbo 911 como zona cero, de acceso restringido, y bajo estrictas medidas de seguridad, decenas de trabajadores, sujetos con arneses a líneas de vida, comenzaron a trabajar en la demolición artesanal de las estructuras superiores y el cubo del ascensor.
Para el 8 de noviembre, se fragmentaron las losas, para hacer módulos de 3.30 metros de largo, por 1.80 de ancho y 40 centímetros de altura, con el fin de agilizar la remoción de los escombros, revisar cada trabe, columna y constatar el comportamiento de la estructura principal de los tres inmuebles. Siempre se vigiló que no se afectara la estabilidad de Coquimbo 909 y 911-A.
El 4 de diciembre continuó la demolición, ahora con maquinaria pesada, en el edificio de siete niveles de Coquimbo 911. Entraron en acción una retroexcavadora, camiones de volteo, y una grúa de largo alcance. Durante todo el proceso se utilizaron drones para mantener los máximos niveles de seguridad.
