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Los estudiantes de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea interpretaron dos piezas en el Monumento a la Revolución.
Con dos piezas de danza contemporánea, los alumnos de segundo y cuarto año de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) participaron en la clausura del Festival del Cuerpo en Movimiento, uno de los más grandes que haya tenido la Ciudad de México y en el cual tomaron parte cerca de 300 agrupaciones.
En el Monumento a la Revolución se dieron cita jóvenes, adultos y familias que se congregaron para disfrutar de las diferentes manifestaciones artísticas; en el escenario estaban los alumnos de licenciatura en Danza Contemporánea, quienes con trajes blancos ofrecieron una primera coreografía explosiva y experimental, creación de los bailarines bajo la tutela de la profesora Mirta Blostein.
“Siempre buscamos que los alumnos prueben distintos foros y que estén físicamente en otro piso, con diferentes tipos de público. Sabíamos que este era un nuevo festival, un evento muy grande, y es una forma de acercarlos a personas que, probablemente, por primera vez se aproximan a la danza contemporánea”, comentó Sonia Oliva, subdirectora artística de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBAL.
La segunda pieza fue Todos los niños del mundo, a cargo del docente Francisco Illescas, interpretada por los alumnos de segundo año; coreografía que habla sobre los derechos de las niñas y los niños, y expresa las injusticias que este sector poblacional vive en todo el mundo. Mediante acrobacias, pasos coordinados, referencia a juegos infantiles y mucha agilidad, los jóvenes mostraron su desarrollo como bailarines.
De acuerdo con Paula Herrera Martínez, integrante del consejo curatorial del evento y directora de la compañía Danzariega, “este es uno de los festivales más grandes en la Ciudad de México, en el cual participaron cerca de 3 mil 800 bailarines de México”.
La intención, dijo, es “acercar la danza a la gente, sentir que nos pertenece, porque todos tenemos cuerpo y podemos disfrutar el movimiento”. Agregó que el objetivo al invitar a las escuelas profesionales de danza, como las del INBAL, fue mostrar que en México ésta es una disciplina con desarrollo profesional.
La Ciudad de México tiene la mayor cantidad de escuelas profesionales públicas de danza —mencionó Herrera Martínez—, por eso queríamos demostrar lo que realizan nuestros bailarines en formación, razón por la cual la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, la Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello y la del Centro Cultural Ollin Yoliztli, entre otras, tuvieran un papel participativo.
