_ La Secretaría de Cultura celebra el cuarto centenario del natalicio del luchador social y poeta irlandés, quien buscaba la liberación de la Nueva España desde mediados del siglo XVII
Porfirio Díaz dedicó una escultura en su memoria, la cual hoy por hoy se resguarda al interior de la Columna de la Independencia
a€œSus versos constituyen hoy un enorme testimonio histórico de denuncia civil y de inspiración poéticaa€, subrayó Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura
Nacido en Wexford, Irlanda, en 1615, Guillén de Lampart llegó a México a esparcir sus principios de justicia, que pese a llevarlo a la hoguera de la Santa Inquisición, hoy a 400 años de su nacimiento se le reivindica su lugar en la historia de los luchadores sociales y de los precursores de los movimientos insurgentes, señaló el Secretario de Cultura, Eduardo Vázquez Martín.
La ceremonia cívica para enaltecer la lucha de este irlandés se enmarca en la celebración del cumplimiento de cuatro décadas de relaciones diplomáticas con Irlanda.
El festejo se realizó en coordinación entre la Secretaría de Cultura, el Archivo General de la Nación, la Embajada de Irlanda, la Biblioteca Digital Mexicana del CONACULTA , el Centro de Estudios de Historia de México-Carso, la Universidad Iberoamericana y el Patrimonio Cultural del Tecnológico de Monterrey.
Acompañado de la Embajadora de Irlanda, Sonia Hyland, y de la Directora del Archivo General de la Nación, Mercedes de Vega Armijo, Vázquez Martín calificó a Lampart como un soñador y reivindicador de las causas de los sometidos que, pese a su condena, nunca calló su espíritu rebelde.
Guillén de Lampart, quien fue hecho prisionero a los 27 años de edad y procesado por herejía, fue espadachín, soldado, espía, poeta, matemático, teólogo, astrólogo y estudioso de los clásicos, entre muchas cosas más, de acuerdo con la historiadora Andrea Martínez Baracs, Directora de la Biblioteca Digital Mexicana.
Durante sus 17 años de enclaustramiento, Guillén de Lampart citó diversas obras de más de 30 autores a la perfección, utilizó mantas y plumas de gallina para escribir sus obras y creó su propia tinta con restos de cenizas y cacao, comentó en entrevista la también autora del libro Don Guillén de Lampart. Hijo de sus hazañas.
a€œSus poemas de inspiración católica y mística, así como sus salmos y canciones, son una clara muestra de su rebeldía e inspiración, ni siquiera los 17 años de encierro en los calabozos de la Inquisición apagaron esta mente culta y digna, cuyos versos constituyen hoy un enorme testimonio histórico de denuncia civil y de inspiración poéticaa€, destacó el Secretario de Cultura.
La Embajadora de Irlanda, Sonia Hyland, enfatizó que la amistad entre ambas naciones mantiene lazos económicos, históricos y culturales que se remontan a más de 400 años de relaciones.
a€œEl espíritu de la obra de Lampart como La propuesta para la liberación de Irlanda o Proclama Insurreccional para la Nueva España representa a un personaje que compartía los mismos ideales de liberación de ambas nacionesa€, expresó Hyland durante su participación en la ceremonia.
Dos siglos después de la muerte de Lampart (1659) a manos de la Santa Inquisición, el escritor e historiador mexicano Luis González Obregón (1865-1938) y el político y militar mexicano Vicente Riva Palacio (1832-1896), fueron los principales estudiosos de su obra.
Y fue Riva Palacio quien inspiró a Porfirio Díaz a erigir una escultura en honor de este gran personaje irlandés.
Con un legado de más de 918 salmos, Guillén de Lampart se dedicó a cuestionar la legitimidad de la conquista española, defendió a negros, mestizos y judíos portugueses y pugnó por la igualdad de derechos y oportunidades para todos.
La estatua en su honor, hecha de mármol de Carrara, se ubica al interior de la Columna de la Independencia, máximo símbolo de la liberación de la Corona Española, ubicada en Paseo de la Reforma, Río Tíber y Florencia.
Durante el acto, laBanda de Música de la Secretaría de Cultura, bajo la batuta del maestroHermenegildo Espinosa, interpretó un popurrí de canciones mexicanas acompañada del coro de la dependencia.
Tras el acto, los miembros del presídium depositaron una ofrenda floral y se entonaron ambos himnos nacionales para posteriormente entrar al interior de la Columna y visitar la escultura de Guillén de Lampart.
