_ Después de once años de haber sido acusadas injustamente de secuestrar a seis elementos de la Agencia Federal de Investigación, la Procuraduría General de la República (PGR), ofreció una disculpa pública las indígenas hñahñú, Teresa González Cornelio, Jacinta Francisco Marcial y Alberta Alcántara.
La disculpa no fué por la comprensión y por propia voluntad de la PGR, sino que obedece a que el Tribunal Federal de Justicia Administrativa determinó la responsabilidad de funcionarios públicos de la PGR por actos violatorios que ocasionaron daños materiales y morales a las tres mujeres indígenas y con una sentencia inédita obliga a la PGR a pedirles perdón.
Discurso Estela Hija de Jacinta “Nos chingamos al estado, hasta que la dignidad se haga costumbre”
Los hechos ocurrieron en 2006 en el pueblo de Santiago Mexquititlán, municipio de Amenealco, en Querétaro, donde pobladores protestaban por abusos de agentes armados de la entonces AFI, de la PGR, que llegaron a extorsionarlos al tianguis en que trabajaban
Tres meses después, las indígenas fueron detenidas porque supuestamente secuestraron a los agentes, fueron llevadas a la cárcel acusadas de secuestro y venta de droga. Ellas recordaron que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se negaron a entrar en su defensa, por lo que su caso se atendió hasta que abogados de Miguel Agustín Pro se hicieron cargo.
Fué hasta diciembre de 2008, que un juez les dictó sentencia por 21 años de prisión, y septiembre de 2009, Jacinta quedó en libertad “no por ser inocente, sino porque no encontraron pruebas para inculparla”. A Alberta y a Teresa, se les ratificó la sentencia de 21 años, a pesar que la acusación era insostenible.
Fue entonces hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aceptó analizar la apelación presentada por Alberta y Teresa, y finalmente, por unanimidad, los ministros de la Corte ordenaron la inmediata libertad de las dos indígenas al encontrar muchas irregularidades en el proceso en su contra.
