_ Sin duda es una bebida que se encuentra al alcance de todos y que es parte del gusto de muchos más, bebida que se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café o cafeto (Coffea).
Escritos recientes han descubierto nuevas propiedades principalmente antioxidantes de esta bebida de fácil acceso entre otros beneficios para la salud.
El consumo excesivo de café (más de 4 tazas al día) perjudica a la salud. Así lo refleja y comprueba un estudio de la UCM, sin embargo se ha demostrado que con tan solo dos tazas al día obtenemos una buena fuente de antioxidantes en nuestra dieta.
Además de la cafeína y otros múltiples componentes, el café es abundante en compuestos fenólicos como ácido clorogénico, cafeico y melanoidinas, de efectos antioxidantes o antimutagénicos demostrados in vitro; sin embargo, el consumo de café se ha asociado tradicionalmente a un hábito que no beneficia la salud, incluida su relación con enfermedades en las que los antioxidantes son factores de protección, como el cáncer y la aterosclerosis.
Algunas bebidas consumidas habitualmente son ricas en compuestos fenólicos como agentes antioxidantes; por ejemplo: el café contiene entre 200-500 mg por taza; el té, entre 150-200 mg por taza; y el vino tinto, entre 200-800 mg por vaso.
Varios estudios epidemiológicos realizados en la última década muestran en forma consistente la existencia de una correlación inversa entre el consumo de café y el riesgo de diabetes de tipo 2, de daño hepático y de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
Los mecanismos que podrían explicar estas observaciones aún no se conocen con certeza, pero es probable que estén asociados con el alto contenido en antioxidantes del café, y en particular en ácido clorogénico. Los estudios que evaluaron al café como un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares han entregados resultados contradictorios, sugiriendo un eventual efecto negativo con un consumo alto, mayor a 9 tasas por día.
