Historias en el metro - Lo pasado, pasado - NTCD Noticias
Martes 19 de marzo de 2024

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Historias en el metro - Lo pasado, pasado

Historias en el metro - Lo pasado, pasado

Historias en el metro - Lo pasado, pasado

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Por Ricardo Burgos Orozco

Trabajar diez años en el Sistema de Transporte Colectivo Metro fue una experiencia que a Héctor Macías Blasco le gustaría repetir porque aprendió mucho, tuvo vivencias que todavía recuerda e hizo buenos amigos que aún conserva.

Héctor ingresó al Metro como reportero interno en el tiempo en el cual todavía estaba incipiente la difusión, en 1987; ni siquiera había un área de comunicación social. Gerardo Ferrando Bravo era director del STC. En esa época sólo había un responsable de relaciones públicas que era Gustavo Méndez Tapia, vocero después durante años del Nacional Monte de Piedad.

La oficina desde donde trabajaba Héctor estaba en la calle de Delicias, atrás de Arcos de Belén. Ahí también se ubica el Puesto Central de Control número 1. En ese mismo edificio – donde hay personal trabajando las 24 horas del día -- hubo un incendio apenas este sábado 9 de enero, lo que provocó que se suspendiera el servicio del Metro en las líneas 1, 2, 3, 4, 5, y 6.

Por cierto, comentó Héctor, que a un costado existe todavía un lugar que le llaman “La Casona” donde hay oficinas administrativas del Metro. Los empleados dicen que en la noche espantan, que se aparece una niña.

En aquellos años la estrategia de comunicación era ocultar la información para no provocar inquietudes entre los usuarios. Eso le costó el cargo al director Ferrando Bravo porque un día decidió no difundir la golpiza que dieron un grupo de policías del Metro a un muchacho, quien finalmente falleció a consecuencia de ello. Se enteraron algunos periodistas y lo publicaron motivando la renuncia del entonces titular del Metro.

Otros de los recuerdos de Héctor son algunos descarrilamientos de trenes, que nunca se difundieron. Dijo que en una ocasión acudió a uno de ellos en la estación Centro Médico de la Línea 3; dos vagones se recargaron sobre uno de los muros y tardaron varias horas en levantarlo porque cada vagón pesa 20 toneladas. Por fortuna, no hubo lesionados, pero si desalojaron a los espantados usuarios y despejaron la terminal por un buen rato.

Tenía sus botas llamadas ieléctricas para protegerse de alguna descarga al caminar por los durmientes de las vías, pero dijo que ese calzado no te servía de nada si recibías un impacto de energía. Por eso debía cuidarse mucho de no pisar indebidamente. Recordó que antes los durmientes eran de madera importada de Brasil y ahora son de concreto.

Poca gente sabe – comentó Héctor -- que antes los trenes del Metro traían un aparato llamado Teloc, que es una especie de caja negra parecida a las de los aviones y que permitía registrar todos los eventos durante los recorridos y que eran muy útiles para deslindar responsabilidades en algún accidente. Los trenes modernos del Metro traen su propio sistema de seguridad.

También platicó que ahora los vagones usan asientos de fibra de carbono, pero antes eran de un material de plástico flexible, que era muy inflamable y se incendiaba fácilmente. Los sustituyeron para mayor seguridad de los pasajeros.

Recordó cuando las autoridades del Metro entregaban premios al número de usuario X (diez millones, cinco millones, etc.) -- a él le tocó verlo --. Los afortunados ganadores recibían de regalo planchas, televisores, licuadoras y supuestamente una tarjeta para ingresar gratis al Metro. Tal vez muchos de ustedes hayan sabido de eso.

Héctor Macías dijo que el reglamento del Metro es el mismo desde que inició el sistema hace más de 50 años. Por eso ya es necesario renovarlo y sobre todo darlo a conocer porque mucha gente no sabe de él, señaló. Antes cuando menos lo colocaban en una de las paredes de los vagones, ahora no se lee en ninguna parte.

El periodista, con muchos años en los medios de comunicación, atesora grandes recuerdos de su paso por el Metro y le sigue guardando un cariño muy especial después de mucho tiempo. Se le nota.

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