_ El fenómeno conocido como happy slapping, que surgió en Londres a principios de los años 2000, vuelve a preocupar en la era digital. Esta peligrosa práctica consiste en agredir físicamente a una persona mientras se graba el ataque en video para luego difundirlo en internet con fines de "entretenimiento".
Originalmente popularizado entre adolescentes británicos, el happy slapping se ha expandido a otros países impulsado por el auge de las redes sociales y la facilidad de compartir contenidos virales. La combinación de violencia y exposición pública convierte a las víctimas en objeto de humillación global, intensificando su sufrimiento.
El impacto de esta tendencia va mucho más allá de las lesiones físicas. Según expertos de The Conversation, las víctimas de happy slapping enfrentan daños psicológicos profundos como trastornos de ansiedad, depresión e incluso riesgos de ideación suicida, debido a la permanencia y reproducción ilimitada de los videos en internet.
Uno de los casos más emblemáticos fue el asesinato de David Morley en 2004, quien murió tras ser brutalmente golpeado en un ataque grabado bajo esta modalidad. Hoy, con el crecimiento tecnológico, el happy slapping ejemplifica cómo la violencia también ha encontrado nuevos caminos para manifestarse en la era digital, convirtiéndose en un fenómeno de preocupación social y legal.
